El nuevo arzobispo celebra su primera Misa de bienvenida en español en la parroquia Holy Redeemer, en el suroeste de Detroit
DETROIT - Cuando el Arzobispo Edward J. Weisenburger comenzó la Misa en la tarde del 20 de marzo en la Holy Redeemer Parish, la alegría de la congregación, en su mayoría hispana, era evidente al ver que el nuevo pastor de la Arquidiócesis de Detroit iniciaba la liturgia en español.
El Arzobispo Weisenburger fue instalado oficialmente como el sexto arzobispo de Detroit el martes 18 de marzo, y eligió la parroquia del suroeste de Detroit como el lugar para celebrar su primera Misa parroquial. Esta vibrante comunidad multicultural se encuentra en el corazón del Mexicantown de Detroit y está atendida por la Society of Our Lady of the Most Holy Trinity.
Al comenzar su homilía, el Arzobispo Weisenburger se disculpó por su español y dijo que daría su mensaje tanto en español como en inglés.
“Se me puso la piel de gallina cuando empezó a hablar en español”, dijo Carmen Muñoz, feligresa de toda la vida, al Detroit Catholic. “Creo que toda la comunidad se sintió acogida por el simple hecho de que hablara a todos en español”.
Muñoz comentó que todas las personas con las que habló en la recepción después de la Misa también estaban sorprendidas.
El Arzobispo Weisenburger llegó a Detroit desde la Diócesis de Tucson, donde había servido desde 2017. Esta diócesis misionera, que limita con México, recibe miles de inmigrantes cada año. El Arzobispo Weisenburger ha sido un firme defensor de los migrantes y ha expresado su apoyo a la comunidad hispana.



“La cultura hispana tiene una alegría especial, donde la fe forma parte de la vida cotidiana”, expresó el arzobispo Weisenburger durante una conferencia de prensa el 18 de marzo, antes de su Misa de instalación. “La fe no parece haberse perdido como ha sucedido con el secularismo en gran parte del mundo occidental. Para mí, compartir tiempo con la comunidad hispana es una experiencia que da vida”.
Brenda Hascall, coordinadora de ministerios hispanos de la Arquidiócesis de Detroit, comentó a Detroit Catholic que se emocionó al saber que el arzobispo Weisenburger había aprendido español por su cuenta mientras servía a la comunidad hispana.
Aunque muchos miembros de la comunidad hispana de Detroit, especialmente los niños, hablan ambos idiomas, Hascall destacó que escuchar aunque sea unas pocas palabras en español genera un ambiente acogedor.
“Lo veía durante la Misa y estaba cantando junto a la gente; conoce los himnos, y se nota que la comunidad siente una conexión especial con él”, comentó Hascall.
Además, resaltó que tener un arzobispo que no solo hable el idioma, sino que valore la diversidad y la riqueza que los católicos hispanos aportan a la Iglesia, es motivo de esperanza.
Al finalizar la Misa, estudiantes uniformados de la Holy Redeemer Grade School le entregaron una canasta de bienvenida al nuevo arzobispo. Durante la recepción en su honor, los feligreses se acercaron para saludarlo, tomarse fotos y recibir su bendición.
El padre John Robinson, SOLT, párroco de Holy Redeemer, comentó que la comunidad siempre recibe a todos con los brazos abiertos, pero al ver la expresión de sus feligreses, quedó claro que la llegada del arzobispo fue algo especial y que la comunidad estaba “llena de alegría”.


Bernadette Re, quien trabaja en la oficina de desarrollo de la escuela y es voluntaria misionera con la comunidad SOLT, comentó que los estudiantes de la escuela primaria estaban emocionados de usar sus uniformes durante la Misa y conocer al arzobispo.
“Algo que he aprendido sobre Holy Redeemer es que los feligreses son muy activos y comprometidos con la Iglesia, su comunidad y su fe”, dijo Re. “Aman tanto a la Iglesia que el hecho de que el arzobispo reconociera su testimonio de fe y su hermosa presencia en la comunidad fue algo muy especial para ellos. Creo que eso dice mucho sobre su entrega”.
Geraldine Hernández, secretaria de la parroquia desde hace 31 años, comentó que sintió “mucha paz” durante la Misa con el Arzobispo Weisenburger y que le causó alegría y sorpresa cuando él se presentó en español.
“Siento que va a hacer mucho bien en la ciudad de Detroit y en la arquidiócesis, especialmente para la comunidad hispana”, expresó Hernández. “Es muy carismático, y necesitamos a alguien así que hable español, especialmente en este momento tan difícil. Los jóvenes se están alejando de la Iglesia, y ojalá él pueda atraerlos de nuevo, especialmente a los más jóvenes”.
Antonio Guzmán-Díaz, coordinador arquidiocesano de formación de discípulos y feligrés de Holy Redeemer, expresó su esperanza de que el bilingüismo del Arzobispo Weisenburger ayude a romper las barreras del idioma y llame la atención sobre las necesidades y problemas que enfrenta la comunidad hispana, incluyendo la inmigración.


Guzmán-Díaz agregó que ahora más que nunca, la Iglesia necesita acercarse a la comunidad migrante, y el Arzobispo Weisenburger ya ha sido testigo de esto al cuidar de la comunidad en Tucson.
“Esto demuestra que es un obispo que se preocupa por la gente que le ha sido confiada, y es hermoso ver cómo está llevando a cabo ese cuidado pastoral con las personas afectadas por la cuestión de la inmigración,”, explicó Guzmán-Díaz. “Es un problema recurrente debido a un sistema migratorio que no funciona. Si bien no hay mucho más que él pueda hacer, su presencia marca una diferencia en la comunidad y en las vidas de las personas”.
La sola presencia del Arzobispo Weisenburger da a la gente la esperanza de que la Iglesia los escucha, añadió Guzmán-Díaz, y otros feligreses dijeron lo mismo.
“Creo que se sienten apoyados y muy cercanos (a él) por el mero hecho de que pueden comunicarse (con él)”, dijo Muñoz. “Creo que, especialmente hoy en día, con lo que está atravesando toda la comunidad hispana en estos momentos, se van a sentir apoyados por él. Estamos muy emocionados; seguimos rezando por él del mismo modo que él va a rezar por Detroit”.