El Papa León XIV invitó a salir del “torbellino de compromisos” y a dar espacio “al silencio” durante el periodo de vacaciones, que en Europa coincide con los meses de julio y agosto.
“Son días en los que tenemos más tiempo libre, tanto para el recogimiento y la meditación, como para el encuentro con los demás, los viajes y las visitas. Aprovechemos todo eso para disfrutar —saliendo del torbellino de compromisos y preocupaciones— de algún momento de tranquilidad y recogimiento, como también para compartir, yendo a algún lugar, la alegría de vernos —como lo es para mí estar hoy aquí—“, aseguró durante la Eucaristía que ha celebrado en la catedral de San Pancracio Mártir, en el corazón de Albano Laziale, sede diocesana a la que pertenece Castel Gandolfo.
El Pontífice se trasladó el pasado 6 de julio a la villa pontificia de esta localidad a 25 kilómetros de Roma y a orillas del lago Albano para un periodo de reposo.
La diócesis de Albano es una de las sedes episcopales suburbicarias históricamente vinculadas al episcopado romano que tiene un espacio especial en el corazón del Santo Padre.
Cuando fue creado cardenal por el Papa Francisco en 2023, se le asignó esta catedral en la que estaba previsto que tomara posesión del título el pasado 12 de mayo, fiesta de san Pancracio, patrono de la diócesis. Sin embargo, el cónclave cambió el curso de los acontecimientos. La celebración de de este domingo fue, en cierto modo, un reencuentro con ese camino.
De hecho, le fue entregado un plato de plata con su escudo pontificio, que es el mismo que tenía como obispo, elaborado por dos orfebres locales. Un regalo que había sido preparado con ocasión de su toma de posesión cardenal-obispo de Albano prevista para mayo. También le obsequiaron una cesta con productos típicos de la zona, elaborados por jóvenes con autismo.

La importancia de la intimidad con Dios
Durante la homilía, el Santo Padre pidió dedicar tiempo “a la escucha del Padre que habla y ‘ve en lo secreto'”, especialmente en estos “días de verano” que destacó precisamente como un “momento providencial” para experimentar “qué hermosa e importante es la intimidad con Dios, y cuánto puede ayudarnos también a ser más abiertos y acogedores los unos con los otros”.
Y añadió: “Propiciemos las ocasiones para cuidarnos unos a otros, para intercambiar experiencias e ideas, para ofrecernos comprensión y consejos mutuamente; esto nos hace sentirnos amados, y todos lo necesitamos. Hagámoslo con valentía".
De este modo, "siendo solidarios y compartiendo la fe y la vida, promoveremos una cultura de paz, ayudando también a quienes nos rodean a superar rupturas y hostilidades, y a construir comunión entre las personas, entre los pueblos y entre las religiones”, destacó citando a su predecesor el Papa Francisco.
Las autoridades locales recibieron a León XIV a la entrada de la catedral mientras sonaba la marcha pontificia antes de comenzar la celebración, en torno a las 9:30 h. Según las autoridades locales, unas 1.550 personas participaron en la celebración; 400 dentro de la catedral, pero la mayoría en las calles y la plaza adyacentes, donde se dispusieron asientos y pantallas para seguir la Misa en directo.
El Pontífice reflexionó sobre los textos bíblicos del día. En concreto, sobre la visita de tres hombres extranjeros a Abraham, destacó que “Dios elige la vía de la hospitalidad para encontrarse con Sara y Abraham y darles el anuncio del don de la fecundidad, que tanto habían deseado y que ya habían dejado de esperar”. Y es que estos dos ancianos, destacó el Papa, “después de tantos momentos de gracia en los que los había visitado, vuelve a llamar a su puerta, pidiéndoles acogida y confianza” y por ello “reconocen en los visitantes misteriosos su bendición, su misma presencia” y “les ofrecen lo que tienen: la comida, la compañía, el servicio, la sombra de un árbol; y reciben la promesa de una vida nueva y de una descendencia”.

“El servicio y la escucha, de hecho, son dos dimensiones gemelas de la acogida”
A partir del evangelio que narra la visita que hizo Jesús a casa de Marta y María en Betania, León XIV señaló que este episodio bíblico destaca a “una de las hermanas lo acoge con infinidad de atenciones, mientras la otra lo escucha sentada a sus pies, con la típica actitud del discípulo hacia el maestro”. En este sentido, manifestó que “el servicio y la escucha, de hecho, son dos dimensiones gemelas de la acogida”.
“Si bien es importante que vivamos nuestra fe en las acciones concretas y en la fidelidad a nuestros deberes, según el estado y la vocación de cada uno, también es fundamental que lo hagamos partiendo de la meditación de la Palabra de Dios y de la atención a lo que el Espíritu sugiere a nuestro corazón, reservando, para tal fin, momentos de silencio y de oración, tiempos en los que, acallando ruidos y distracciones, nos pongamos ante Él y logremos unidad en nuestro interior”, aseguró.
De este modo, durante la Misa que concelebró el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Cardenal Michael Czerny, además de otros ochenta sacerdotes del clero local, manifestó que “ni el servicio ni la escucha son siempre fáciles; requieren tenacidad y capacidad de renuncia”.
“Cuesta esfuerzo, por ejemplo, en la escucha y en el servicio, la fidelidad y el amor con los que un padre y una madre llevan adelante a su familia”, insistió. “Pero es sólo así, con estos esfuerzos, como es posible construir algo bueno en la vida; sólo así pueden nacer y crecer entre las personas relaciones auténticas y fuertes, y, desde abajo, desde la cotidianidad, puede crecer, difundirse y experimentarse el Reino de Dios”, alertó tras citar algunas de las homilías de San Agustín.
Por ello concluyó que “la escucha y el servicio son dos actitudes complementarias que nos ayudan, en nuestra vida, a estar abiertos a la presencia providente del Señor. Su ejemplo nos invita a conciliar, en nuestras jornadas, contemplación y acción, descanso y fatiga, silencio y laboriosidad, con sabiduría y equilibrio, teniendo siempre como medida la caridad de Jesús, como luz su Palabra y como fuente de fortaleza su gracia, que nos sostiene más allá de nuestras posibilidades”.
- Esta nota fue publicada originalmente en ACIPRENSA.