Obispos piden donaciones “vitales” para Catholic Relief Services tras congelamiento de ayuda federal en EE.UU.

Catholic Relief Services distribuye alimentos a escolares en una escuela del departamento de Totonicapán (Guatemala) con la ayuda de padres voluntarios. | Crédito: Catholic Relief Services.

Los obispos estadounidenses han resaltado lo que describen como la “importancia muy urgente” de la colecta anual de Catholic Relief Services (CRS) debido a la pérdida a principios de este año de ayuda federal para refugiados y migrantes.

“Cada año, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) consuela y ayuda a personas de todo el mundo que sufren guerras, desastres naturales, persecución violenta o pobreza extrema”, dijeron el lunes los obispos en un comunicado.

“Ese trabajo es posible gracias a las contribuciones a la colecta de Catholic Relief Services”, dijeron.

Mons. Daniel Mueggenborg, presidente del Comité de Colectas Nacionales de la USCCB, señaló que a principios de este año el gobierno de Estados Unidos “suspendió abruptamente la financiación de su programa de reasentamiento de refugiados y luego rescindió los acuerdos de cooperación para dicha labor, lo que afectó a miles de refugiados que el gobierno había puesto a cargo de la USCCB para la asistencia de reasentamiento”.

CRS ha estado luchando por obtener fondos desde que la administración Trump ordenó en enero importantes recortes a la ayuda exterior y a los programas para refugiados. La USCCB instó previamente a los católicos a tomar medidas, solicitando a los miembros del Congreso que detuvieran los recortes.

“Y con órdenes de suspensión igualmente abruptas de las labores de ayuda humanitaria en el extranjero, las organizaciones de ayuda como Catholic Relief Services no pueden mantener su trabajo en el extranjero, llevando alimentos, medicamentos vitales y artículos de primera necesidad a las personas necesitadas”, dijo Mueggenborg.

CRS dijo en enero que la ayuda exterior de Estados Unidos “brinda asistencia vital en emergencias y apoya programas de desarrollo a largo plazo que ayudan a las familias y comunidades a desarrollar resiliencia, reduciendo la necesidad de ayuda humanitaria en el futuro”.

Además, “debido a la suspensión de la financiación, la USCCB y sus organizaciones asociadas locales han comenzado a despedir a docenas de empleados, y esto ha dañado irreparablemente las asociaciones de la USCCB con grupos locales y su capacidad para brindar asistencia a los refugiados en el futuro”, dijeron los obispos.

La USCCB dijo que los fondos de la colecta ayudarán a Catholic Relief Services a “ofrecer socorro en casos de desastre e iniciativas de desarrollo económico entre las personas más pobres” de los países en vías de desarrollo.

Además, la colecta contribuirá a las necesidades pastorales de los católicos de diferentes culturas e impulsará la defensa y la ayuda a los pobres. Los obispos afirmaron que la colecta también ayudará a las víctimas de guerra y persecución que huyen a Estados Unidos y brindará asistencia legal a refugiados y migrantes.

“Las donaciones a la colecta de este año serán vitales para las iniciativas católicas destinadas a revelar el amor de Cristo a los necesitados”, concluyó el comunicado.

La colecta se realizará el fin de semana del 29 y 30 de marzo.



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