El Arzobispo Weisenburger llama a los católicos a ser testigos de esperanza para los inmigrantes

El Arzobispo Edward J. Weisenburger imparte una bendición apostólica a la congregación al concluir la Misa por el Jubileo de los Migrantes, celebrada el 5 de octubre en la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit. Migrantes y defensores de los derechos de los inmigrantes se reunieron en la catedral durante el Año Jubilar de la Esperanza para asistir a la Misa, organizada por Strangers No Longer, un apostolado con sede en Detroit que defiende los derechos de los inmigrantes. (Fotos de Daniel Meloy | Detroit Catholic)

Durante la Misa por el Jubileo de los Migrantes, el arzobispo elogió el coraje y la fe de quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares

DETROIT — Una de cada 67 personas en el mundo se vio obligada a huir de su hogar.

Esta cifra impactante pertenece al informe 2024 de la Agencia de la ONU para los Refugiados, según el cual más de 123 millones de personas en todo el mundo se han visto forzadas a escapar de la guerra, la violencia, la persecución, las violaciones de derechos humanos, las catástrofes ambientales y las dificultades económicas extremas.

No te pierdas ninguna noticia

¿Sabías que puedes recibir el boletín de Detroit Catholic en español directo en tu correo? ¡Es muy fácil!

Por este motivo, la Iglesia universal celebró recientemente el Jubileo de los Migrantes y el Jubileo de las Misiones, durante los cuales el Papa León XIV recordó a todos los católicos su deber de acoger y asistir a los migrantes e imitar el amor de Dios hacia ellos.

A nivel local, la organización Strangers No Longer, con sede en Detroit, organizó una Misa por el Jubileo de los Migrantes en la Cathedral of the Most Blessed Sacramentel 5 de octubre, ocasión en la que el Arzobispo Edward J. Weisenburger elogió al grupo y su labor en la formación de “Círculos de apoyo” para migrantes y refugiados que viven en el sureste de Michigan.

“Estoy profundamente agradecido por Strangers No Longer; su labor es una de las obras extraordinarias realizadas por la Iglesia y para la Iglesia”, expresó el Arzobispo Weisenburger. “La celebración de hoy también nos recuerda el coraje y la perseverancia de quienes se han visto desplazados por los conflictos, la persecución, la pobreza extrema, el hambre, la violencia y tantas otras causas”.

La Misa fue precedida por una procesión alrededor de la catedral, en la que se llevaron pancartas que pedían un trato humano para los migrantes y refugiados e incluían referencias al mandato bíblico de cuidar al forastero.

Miembros de Strangers No Longer participaron en una procesión alrededor del predio de la  Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit antes de la Misa, llevando carteles en apoyo de los derechos de los inmigrantes.
Miembros de Strangers No Longer participaron en una procesión alrededor del predio de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament en Detroit antes de la Misa, llevando carteles en apoyo de los derechos de los inmigrantes.
Estudiantes y miembros de Strangers No Longer llevaron pancartas y carteles en procesión antes del inicio de la Misa por el Jubileo de los Migrantes en la catedral.
Estudiantes y miembros de Strangers No Longer llevaron pancartas y carteles en procesión antes del inicio de la Misa por el Jubileo de los Migrantes en la catedral.

Cuando la procesión ingresó en la catedral, estudiantes de secundaria leyeron testimonios de migrantes de distintas partes del mundo, explicando por qué millones de personas cada año arriesgan su vida al cruzar océanos, desiertos y selvas, dejando todo atrás con la esperanza de encontrar una vida mejor.

Para aquellos migrantes que logran llegar a un nuevo país que les ofrece mejores oportunidades, a menudo se encuentran con una población indiferente o incluso hostil, señaló el Arzobispo Weisenburger.

“Otra causas de dolor para estos seres queridos que se ven obligados a seguir adelante es la triste estigmatización que muchos padecen en todo el mundo”, dijo el Arzobispo Weisenburger. “Ante eso, me siento muy orgulloso y agradecido de ser católico”.

El arzobispo recordó sus experiencias anteriores como obispo de la Diócesis de Tucson, en Arizona, trabajando junto a inmigrantes en la frontera entre México y Estados Unidos.

“Llegamos a atender hasta 1.400 inmigrantes por día”, relató el arzobispo. “Cada uno de ellos era traído por nuestro propio gobierno, la Patrulla Fronteriza o el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Procesaban a estos inmigrantes, que se encontraban legalmente en Estados Unidos, y luego los llevaban hasta nuestra puerta”.

El Arzobispo Weisenburger compartió las historias de mujeres que conoció en Tucson que “habrían hecho cualquier cosa por tener una vida mejor” con tal de alcanzar una vida mejor.

“Y sin embargo, en todo el mundo, estos hermanos nuestros son difamados y, con frecuencia, hostigados o incluso perseguidos”, afirmó el arzobispo. “Creo que podemos decir que la celebración universal de este domingo en toda la Iglesia Católica busca ayudarnos a enfocar la mirada donde debe estar, y a responder esta pregunta: ‘¿Qué es un cristiano? ¿Qué hace un discípulo de Jesús?’”.

Retomando palabras de la homilía del papa León más temprano ese día, el Arzobispo Weisenburger señaló que los migrantes pueden ser misioneros de nuestro tiempo, llevando el mensaje de Jesucristo de un lugar a otro y revitalizando las comunidades que los acogen.

Jóvenes sostienen fotos de migrantes y leen sus testimonios antes de la Misa.
Jóvenes sostienen fotos de migrantes y leen sus testimonios antes de la Misa.
Una refugiada palestina comparte su testimonio y presenta un cuenco vacío, símbolo de la crisis de hambre que se vive en Gaza.
Una refugiada palestina comparte su testimonio y presenta un cuenco vacío, símbolo de la crisis de hambre que se vive en Gaza.

“El Santo Padre sabe que, de una manera muy particular, los migrantes y refugiados católicos pueden ser misioneros de gran esperanza en los países que los acogen, abriendo nuevos caminos de fe en lugares donde el mensaje de Jesús aún no ha llegado”, dijo el Arzobispo Weisenburger. “Con su entusiasmo y vitalidad espiritual, incluso pueden ayudar a revitalizar parroquias que se han vuelto rígidas y cargadas; comunidades donde los desiertos espirituales avanzan a un ritmo alarmante.

“El papa León concluye su homilía con una cita de una sola frase de la carta a los Hebreos: ‘No se olviden de mostrar hospitalidad a los extraños, porque al hacerlo, algunos, sin saberlo, han hospedado ángeles’”, añadió el Arzobispo Weisenburger.

Una rica diversidad cultural
La Misa misma reflejó la rica diversidad cultural de la Arquidiócesis de Detroit, con música a cargo del Coro de la Comunidad Católica Ugandesa de Michigan, el Coro de Ste. Anne de Detroit, el Ensamble de Marimba de St. Gabriel y el Coro del Sagrado Corazón.

Las oraciones de los fieles se leyeron en español, italiano, francés, gaélico y luganda.

Durante la ofrenda, migrantes y feligreses con antecedentes inmigrantes entregaron al Arzobispo Weisenburger símbolos de distintas partes del mundo, que contaban historias sobre las luchas que los migrantes han enfrentado y continúan enfrentando. Una refugiada palestina presentó una olla vacía, símbolo del hambre persistente en Gaza debido a la guerra en curso con Israel.

Gabriel Yanuc, originario de México, que ahora vive en Greenville y asiste a la SS. Peter and Paul Parish en Ionia, en la Diócesis de Grand Rapids, habló con Detroit Catholic sobre por qué se involucró con Strangers No Longer después de que su esposa comenzara a trabajar con inmigrantes en la comunidad.

Yanuc explicó que trabaja principalmente con trabajadores en el sector lácteo, muchos de los cuales desconocen los derechos que poseen, y que él los ayuda a informarse sobre sus derechos laborales, la atención médica y la protección frente a enfermedades transmitidas por animales.

“Hay muchos problemas que nuestros trabajadores en el sector lácteo están enfrentando en este momento, así que contar con un grupo como Strangers No Longer que los cuide es muy significativo”, dijo Yanuc.

El Arzobispo Weisenburger bendice a los miembros de Strangers No Longer que se disponen a partir hacia un encuentro binacional de defensores de los inmigrantes en la frontera entre Arizona y México.
El Arzobispo Weisenburger bendice a los miembros de Strangers No Longer que se disponen a partir hacia un encuentro binacional de defensores de los inmigrantes en la frontera entre Arizona y México.

Después de la Comunión, el Arzobispo Weisenburger bendijo a los líderes de Strangers No Longer que viajarán a la frontera entre Arizona y México para participar en un encuentro binacional de defensores de los derechos de los inmigrantes, con la esperanza de fortalecer vínculos entre ambos lados de la frontera.

Amy Ketner, directora de desarrollo de liderazgo de Strangers No Longer, dijo que el grupo llama a quienes viajarán “misioneros de esperanza”.

“En este momento, están trabajando con inmigrantes en sus comunidades para recopilar historias que puedan compartir con otros, de modo que sepamos mejor cómo servir a nuestros amigos y vecinos y lograr que las personas vean a los inmigrantes y migrantes como partes integrantes de sus comunidades”, explicó Ketner.

Como parte del Jubileo del Año de la Esperanza 2025, el Arzobispo Weisenburger impartió una bendición apostólica a la asamblea, que ofrece la posibilidad de obtener una indulgencia plenaria, siempre que quienes la reciban participen de la Eucaristía y la confesión en un plazo razonable.

Tras la Misa, los asistentes se reunieron en el patio de la catedral para conocer más sobre Strangers No Longer y compartir sus propias experiencias culturales.

Della Lawrence, directora de ministerio universitario en Notre Dame Preparatory en Pontiac, señaló que los estudiantes de la escuela están trabajando con los “Círculos de Apoyo” para dar a conocer sobre lo que se puede hacer para ayudar a los migrantes en su comunidad.

Amy Ketner habla después de la Misa sobre Strangers No Longer y explica cómo las personas pueden involucrarse en la organización.
Amy Ketner habla después de la Misa sobre Strangers No Longer y explica cómo las personas pueden involucrarse en la organización.
Estudiantes interpretan música en la plaza de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament tras la Misa por el Jubileo de los Migrantes, el 5 de octubre.
Estudiantes interpretan música en la plaza de la Cathedral of the Most Blessed Sacrament tras la Misa por el Jubileo de los Migrantes, el 5 de octubre.

Lawrence reconoció que la inmigración es un tema político controversial, pero señaló que grupos como Strangers No Longer buscan centrar la discusión en las personas, no en las políticas.

“Hay que partir desde una perspectiva personal”, dijo Lawrence. “Todos tenemos una tradición, un trasfondo y una cultura de la que venimos. Así que empezamos desde ahí y compartimos entre nosotros las tradiciones, la comida o las celebraciones de cada uno.

“A menudo, las personas ya no tienen un hogar porque se vieron obligadas a huir”, continuó Lawrence. “Cuando compartimos estas historias y profundizamos en los detalles, las conversaciones se vuelven más productivas y la gente empieza a comprender. Entonces podemos analizar qué se puede hacer. Se trata de no dar argumentos simplistas, sino de escuchar a las personas como tales”.

Lawrence añadió que celebraciones como el Jubileo de los Migrantes son inspiradoras porque toda la Iglesia muestra solidaridad con quienes han tenido que abandonar sus hogares.

“Esto es hermoso; es maravilloso”, dijo Lawrence. “Días como hoy generan conciencia en nuestra comunidad. Celebran nuestra diversidad, cultura y patrimonio, y nos permiten reflexionar mientras seguimos adelante y compartimos nuestra fe y esperanza con otros. Ser Cristo para los demás, eso es lo que somos”.

El Arzobispo Weisenburger concluyó su homilía con una reflexión sobre la lectura del Evangelio según San Lucas, en la que Jesús narra la parábola de un siervo encargado de preparar la cena para su amo después de trabajar en el campo
El Arzobispo Weisenburger concluyó su homilía con una reflexión sobre la lectura del Evangelio según San Lucas, en la que Jesús narra la parábola de un siervo encargado de preparar la cena para su amo después de trabajar en el campo

Al final de su homilía, el Arzobispo Weisenburger reflexionó sobre la lectura del Evangelio según San Lucas, en la que Jesús narra la parábola del siervo encargado de preparar la cena para su amo después de trabajar en el campo.

Como el siervo incansable del Evangelio, los discípulos cristianos están llamados a hacer la obra del Maestro sin esperar recompensa —aunque a menudo terminan recibiéndola, añadió.

“Recuerden siempre que el Evangelio tiene un doble efecto”, dijo el Arzobispo Weisenburger. “Consola a los afligidos y aflige a los cómodos. Y necesitamos esa tensión. Piénsenlo: ser su seguidor es estar totalmente sujeto a Él y, al mismo tiempo, ser libre; no esperar ningún salario y, sin embargo, descubrir que nos pagan un día completo por solo una hora de trabajo; trabajar servilmente para el Maestro, pero a veces escucharlo decir: ‘Siéntate a la mesa. Me pongo el delantal y voy a servirte’”.

Cuando los cristianos sirven y acompañan a sus hermanos y hermanas inmigrantes, encuentran la misma recompensa inesperada, agregó el arzobispo.

“Creo que la celebración de hoy consiste primero en abrir los ojos: comprender la situación real y verla a través de la visión de Cristo”, dijo el Arzobispo Weisenburger. “Al hacerlo, necesitamos, por un lado, comprometernos a trabajar servilmente sin esperar recompensa por el Cristo que encontramos en los migrantes e inmigrantes, mientras sabemos que, al final, en medio de su sufrimiento, son ellos quienes nos están sirviendo.

“Los encomendamos a Cristo solo para descubrir, a través de su oración y bondad, que somos nosotros quienes somos bendecidos al final”, añadió el arzobispo. “Habiéndolo servido a Él, aprendamos de ellos cómo ser un pueblo de esperanza, un pueblo en movimiento, un pueblo que camina unido”.



Cuotas:
Print


Secciones
Inicio
Suscribir
Buscar