A pocos años de haber comenzado, su servicio se ha convertido en un vínculo hacia el interior de la comunidad hispana y estrechando lazos con otros
FERNDALE- El Centro Cultural Hispano (CCH), se ha convertido en un espacio para el desarrollo cultural así como en un medio para vivir un estilo de vida que permite a los hispanos seguir desarrollando sus aptitudes y talentos sin olvidar sus raíces e identidad cultural.
Araceli Sotelo, fundadora y directora general del Centro Cultural Hispano, compartió a Detroit Catholic en Español los alcances que tiene este Centro Cultural que se ha transformado en el sitio donde convergen tradiciones, costumbres, festividades, lenguas, historias y también muchos recuerdos de los lugares de origen de cada miembro.
Araceli abrió las puertas del CCH para dar a conocer su historia y todo lo que están realizando a favor de la integración multicultural de los hispanos en Detroit.
El CCH es un espacio donde los hispanos pueden difundir su identidad cultural de sus raíces desde sus países de origen, dicha organización colabora ayudando en comunidad las necesidades de los hispanos recién llegados a Detroit.

El centro también vincula a la comunidad hispana con un sistema educativo que los forma e informa con diferentes cursos.
Araceli comparte que se imparte un curso en español para que los niños nacidos en suelo americano no pierdan las raíces y riqueza de la lengua familiar. También personas de otras raíces que tienen interés participan y se acercan al CCH para conocer y aprender el idioma español.
Unas de las actividades que promueve el centro son las festividades que se celebran en cada país, tal como las posadas y la ofrenda del día de muertos. Promoviendo las fiestas tradicionales buscan resaltar el valor histórico y la importancia cultural.
En CCH tiene participación activa de miembros procedentes de Venezuela, Colombia, México, Perú, Chile, Argentina, España entre otros, lo que aporta una riqueza cultural a toda la comunidad de Detroit.
Durante la pandemia el Centro Cultural Hispano se enfrentó a un gran reto: impartir sus cursos e información en línea y adaptarse para tener presencia virtual. Migraron exitosamente a las plataformas digitales impartiendo cursos de inglés, difundiendo eventos en línea y una campaña de recaudación de fondos a partir de la venta de platillos de diferentes países de origen hispano, con la finalidad de juntar los recursos necesarios para adquirir el primer terreno para sus instalaciones.

Los principales donadores y clientes son los miembros de la comunidad Anglo de Detroit, ya que como comenta Araceli Soto, “a ellos les gusta la comida con sabor hispano”.
Araceli reconoce que por necesidad y nostalgia fundó el CCH, pues cuando recién llegó a Michigan se dio cuenta de que no existía un lugar donde los hispanos pudieran consultar información y recibir ayuda. Ella anhelaba un lugar donde se pudiera intercambiar y convivir entre las diferentes culturas de los hispanos.
El más grande beneficio que adquieren los que se acercan al CCH, explica Araceli a Detroit Catholic en español, es el poder encontrar alguien que te ayude y te dé información ante las diferentes dudas que tiene un extranjero que recién llega a vivir a Michigan, esto tiene un valor invaluable, ya que cuando los hispanos llegan por primera vez, siempre surgen dudas y miedos. Por lo tanto es necesario encontrar una mano amiga y una voz que oriente y en el CCH los hispanos recién llegados reciben ese abrazo que da la bienvenida.

Para Graciela Hernández, originaria de San Luis Potosí, el CCH ha sido fundamental en su vida cotidiana, ya que ha podido experimentar la ayuda y la atención en sus dudas y preocupaciones. El participar de sus cursos y actividades ha sido algo muy importante para su adaptación.
“Cuando llegas y necesitas información sobre clínicas, doctores, iglesias, el CCH puede orientarte, y puede explicarte a donde dirigirte” comenta Graciela para Detroit Catholic en español. “Además en el CCH estudio actualmente inglés y ha sido padrísimo, yo ya llevo un año y medio ahí, el maestro es muy bueno. Hay varios grupos, en el mío somos diez personas que son hispanas, rusas, alemanes, vietnamitas, todos tenemos el mismo interés de crecer en el inglés”.
Y no todo son actividades para aprender: “También he participado en actividades de deportes, actividades que te acercan como comunidad, como familia y tienes la oportunidad de conocer a otras personas”, prosigue Graciela.
Jesús Adrián Salazar, originario de la Ciudad de México, ha tenido la experiencia de vivir de cerca las actividades del Centro Cultural Hispano al ser voluntario y hoy tener la responsabilidad de llevar las finanzas de esta organización sin fines de lucro.

En un principio Jesús Adrián buscaba un centro comunitario que ayudará a la comunidad hispana de Michigan, pues su vocación de servicio lo motivaba a servir a los demás, así es como llegó al centro.
Jesús Adrián se desempeña también asesorando fiscalmente al CCH, pero no queda allí su apoyo sino que también ha puesto sus talentos en diseño gráfico al servicio de la organización.
“Cuando un grupo de personas de diferentes nacionalidades se unen provoca un efecto de fortaleza” comenta Jesús Adrián. “Los mismos americanos, los afroamericanos, judíos, asiático cuando se unen, son más fuertes, pero muchas veces los hispanos estamos divididos, no nos ayudamos, esto nos frena para poder crecer”.
“Yo creo que si todos como hispanos nos unimos, vamos a tener más voz, independientemente de las creencias, pero sí, teniendo una base de valores universales, por lo tanto, el CCH promueve esta unidad, tiene un enfoque de poder crecer como comunidad hispana”.

“El objetivo principal del CCH es la unión de todos los hispanos, sin importar el color de la nacionalidad y bandera de donde vienen, nacieron, para poder construir algo juntos, para que todos los hispanos adquieran más beneficios”.
“La invitación es para que todos los hispanos hagan historia siendo parte de esta organización, hispanos que fundaron una gran organización que creció poco a poco de la nada”.
“Necesitamos hispanos que tengan esa visión y las ganas de ayudar a su gente, siempre es bueno ayudar, todo se recompensa, tal vez no monetariamente, pero siempre hay una recompensa”.
“Si nos unimos podemos hacer cosas súper grandes e importantes para la comunidad hispana y para este país”.
Actualmente son treinta y seis miembros los que participan activamente como voluntarios en las diferentes áreas del Centro Cultural Hispano. Otro de los objetivos del CCH es mantener la identidad y las raíces culturales de cada hispano que radica en Michigan. Gracias a las redes sociales durante la pandemia han podido seguir enviando su mensaje de unidad, explica Araceli Sotelo.

Araceli comenzó todo este sueño y una de sus principales iniciativas fue unir a los diferentes líderes comunitarios que ya estaban trabajando por la comunidad hispana, algunos se involucraron y se unieron al sueño de Araceli, otros más no, pero esto no impidió para que el destino de esta organización viera la luz y cumpliera su objetivo.
Otra de las características del Centro Cultural es que está orientado para todos los miembros de la familia, no discrimina por edades, de esta forma el Centro Cultural Hispano promueve la integración y convivencia familiar al ofrecer cursos, programas y actividades para los diferentes miembros de una familia.
Para contactar al Centro Cultural Hispano
22331 Woodward Ave.
Ferndale, Michigan 48220
Teléfono: (740) 578-9121
[email protected]
https://www.centroculturalhispano.org/
https://www.facebook.com/CentroCulturalHispanoMI