Para el padre Hood, descubrir que su bautismo y ordenación eran inválidos fue una bendición disfrazada

Con dos semanas surrealistas a sus espaldas, el sacerdote de St. Lawrence quiere ayudar a otros afectados por estas 'extrañas y dolorosas' consecuencias sacramentales

UTICA- La primera emoción fue de shock . Luego vino la tristeza. Y la tercera —dos semanas después— fue un déjà vu. 

Las últimas dos semanas han sido una montaña rusa para el padre Matthew Hood, quien fue ordenado al sacerdocio —algunos podrían decirlo por segunda vez, pero en realidad, por primera vez— el pasado 17 de agosto de este 2020 para la Arquidiócesis de Detroit. 

El mundo del padre Hood se puso patas arriba el 6 de agosto, cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano emitió una nota doctrinal que dictamina que los bautismos que usan una fórmula alterada, específicamente, aquellos que usan la frase, "Te bautizamos ..." en lugar de la la antigua oración de la Iglesia, “Te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, son inválidos. 

Preguntas frecuentes sobre la posible invalidez de los sacramentos

Y hace treinta años, esa fue la fórmula que usó un diácono para bautizar al padre Hood, quien entonces era un bebé, en la parroquia St. Anastasia en Troya. 

“Fue devastador para mí descubrir eso”, dijo el padre Hood a Detroit Catholic. “Significaba que no estaba bautizado y que no había recibido ninguno de mis otros sacramentos: la primera comunión, la confirmación ni la ordenación al diaconado y al sacerdocio”. 

En otras palabras, él no era realmente un sacerdote. 

De acuerdo con la teología sacramental, sólo un católico bautizado puede recibir válidamente los demás sacramentos, ya que el bautismo es el medio por el cual una persona entra a la Iglesia y se incorpora al cuerpo de Cristo. 

“Es una circunstancia tan extraña, porque se sentía como si nada hubiera cambiado. No siempre sentimos los efectos de los sacramentos”, dijo el padre Hood, quien desde julio se ha desempeñado como párroco asociado de la parroquia St. Lawrence en Utica y antes de eso en Divine Child en Dearborn desde 2017. “Ahora, las cosas han vuelto a la normalidad. Anoche fui ordenado. Parece una restauración, pero en realidad es la primera vez.” 

Ahora que el padre Hood ha recibido  sus sacramentos —fue bautizado, confirmado y recibió su primera Eucaristía el 9 de agosto, fue ordenado diácono de transición el 15 de agosto y sacerdote el 17 de agosto, su mayor preocupación ahora son aquellos que recibieron sus sacramentos de él, o quienes así lo pensaron. 

En Pentecostés, las personas de Divine Child que completaron RCIA y que supuestamente recibieron la confirmación ahora necesitan comunicarse con la Iglesia para completar sus sacramentos, dijo. La Arquidiócesis de Detroit ha creado una página web para cualquier persona que crea que recibió un sacramento inválido, quienes serán contactados por un sacerdote para definir qué pasos deben tomarse. Las parroquias de los afectados también se comunicarán con los feligreses.

“Mi corazón está deshecho por aquellos por quienes he celebrado la misa, las intenciones de la misa que he ofrecido, las confesiones que he escuchado y, especialmente, los sacramentos de la unción de los enfermos que he celebrado para las personas en su lecho de muerte; incluyendo a mi abuela entre ellos”, dijo el padre Hood.

Dios actua a través de los sacramentos, pero no está limitado por ellos

Si bien los sacramentos que celebró podrían no ser válidos, con la notable excepción del bautismo, que, irónicamente, no requiere un sacerdote mientras estén presentes las palabras, la materia y la intención, el padre Hood dijo que la gente puede estar tranquila sabiendo que Dios no los abandonó en su momento de necesidad.

Tomás de Aquino dijo una vez: "Dios se une a los sacramentos, pero Él mismo no está obligado por ellos". En otras palabras, Dios ha prometido, y podemos estar seguros, que obrará de maneras predecibles cuando los sacramentos se confieran adecuadamente, y la gente aún deba buscar un sacramento válido, ya sea la confirmación, el matrimonio o la confesión, el Señor es misericordioso y plenamente capaz de impartir gracia incluso cuando se produce un error humano.

 "Aunque los sacramentos no eran válidos, nos consuela saber que Dios todavía podía obrar en esos momentos", dijo el padre Hood. "Dios no se arrepiente de nuestro deseo por Él y de este llamado que nos ha dado a seguirlo y serle fieles". 

Hood comprende que los afectados sentirán las noticias con una sensación de conmoción; tal como el se sintió. 

“Como sacerdote, quiero poder acercarme a ellos y decirles que esto es algo muy extraño y doloroso, pero yo también he pasado por esto y quiero ayudarlos a remediar este problema para que podamos estar seguros de recibir la gracia de los sacramentos”, dijo el padre Hood. 

El paadre Hood no culpa al Vaticano. Él comprende la importancia de la teología sacramental, incluidas las palabras, el agua y las acciones que componen el bautismo, que imparte la gracia santificante al alma, convirtiéndolo efectivamente en cristiano. 

Después de todo, durante tres años pensó que era un sacerdote. 

"Todo esto puede dar la impresión de un acto administrativo, pero es algo que debe tomarse en serio porque los sacramentos son muy serios", dijo el padre Hood. “Los sacramentos provienen de Cristo, y están confiados a la Iglesia. Es importante celebrar los sacramentos de acuerdo con los preceptos de la Iglesia”.

Viendo lo bueno de una situación oscura

El hecho de que él descubriera el problema en primer lugar fue un golpe de la divina providencia, afirmó el padre Hood.

“Al comienzo de la cuarentena a causa del COVID, el arzobispo habló sobre cómo hay gracias especiales en estos momentos que no estaban en nuestros planes”, dijo el padre Hood. "Una de esas gracias para mí fue que mi papá tenía tiempo libre para revisar viejos videos familiares. Uno de esos videos fue mi bautismo, y él me lo envió”.

Aunque el padre Hood había sospechado durante algún tiempo que algo podría haber estado mal; una vez escribió un artículo sobre las palabras del bautismo en su clase de derecho canónico en Sacred Heart Major Seminary, no fue hasta que vió el video en abril que las alarmas comenzaron a sonar. 

“Cuando escuché las palabras, al principio, pensé, 'Eso no suena bien'”, recordó el padre Hood, “Entonces me comuniqué con un profesor del seminario, el Dr. (Robert) Fastiggi, y también se lo envié a Michael Trueman (canciller de la Arquidiócesis de Detroit) y Mons. (Ronald) Browne, un abogado canónico, solo para preguntar”. 

En ese momento, no hubo aclaraciones del Vaticano, y dada la antigua práctica de lde la Iglesia de presumir la validez de los sacramentos a menos que se demuestre lo contrario, los cuatro decidieron que lo más probable es que el padre Hood estuviera a salvo. 

Cuatro meses después, en el momento en el que Dios quiso, el padre Hood obtuvo su respuesta.

 "¿Cuáles son las posibilidades de que yo pudiera descubrir esto en primer lugar? ¿Que mi papá hizo filmar mi bautismo? ¿Que pude verlo? ¿Que pude entender que esto no era válido?” dijo el padre Hood.

“El hecho de que esto se publicara tan cerca de cuando esta pregunta surgió es una señal del cuidado particular de Dios por mí. Nunca hubiera sabido esto si no fuera por la intervención de Dios. Estoy abrumado por la providencia de Dios en esto y muy agradecido con el Señor de saber esto ahora”. 

Tan pronto se publicó el documento, el padre Hood se puso en contacto con el padre Robert Spezia, vicario para el clero de la Arquidiócesis, quien inmediatamente comenzó el proceso para que el padre Hood pudiera recibir sus sacramentos. 

El 9 de agosto, tres días después de la publicación del documento del Vaticano, el obispo auxiliar Gerard W. Battersby bautizó, confirmó y entregó al padre su primera comunión. Después de un retiro de cinco días, el obispo Battersby lo ordenó al diaconado, y el arzobispo Allen H. Vigneron lo ordenó sacerdote dos días después en la Catedral del Santísimo Sacramento. 

“Desde que comenzó todo esto, la respuesta de la arquidiócesis ha sido muy rápida”, dijo el padre Hood. “El arzobispo me llamó y me di cuenta de que él estaba aún más preocupado que yo, y eso que yo estaba muy preocupado. Conocer su cuidado pastoral por mí, por mi vocación, fue una gran gracia desde el principio”. 

Un hombre nuevo, y un nuevo sacerdote

Aunque se sentía como si poco hubiera cambiado, el padre Hood sabe que, sacramentalmente, es una persona completamente nueva ahora de lo que era a principios de agosto. Lo sintiera o no, se convirtió en cristiano por primera vez el 9 de agosto.

Cuando el obispo derramó el agua del bautismo sobre su cabeza, se dió cuenta del poder que Dios tenía sobre su vida, y del increíble amor con el que el Padre derrama su espíritu.

 Y eso significó que sus pecados ya eran perdonados. 

“Mucho se sentía como un déjà vu, como si esto fuera algo que ya había recibido”, dijo el padre Hood. “Pero mirando hacia atrás, pude reconocer la gracia particular que me fue dada. Especialmente en mi caso, la gracia del bautismo incluye el perdón de los pecados. Entonces, cualquier duda que alguna vez tuve de confesar mis pecados o confesarlos completa o adecuadamente, esa gracia ha sido dada por el Señor. Eso es algo por lo que debo estar agradecido''. 

La parte más dolorosa de las últimas dos semanas, sin lugar a dudas, dijo, fue darse cuenta de que aún no era un sacerdote, algo a lo que había dedicado toda su vida. Pero incluso esa difícil realización vino con una gracia especial, dijo el padre Hood.

"Durante tres días, no pude recibir la Eucaristía. Los sacerdotes venían y me ayudaban celebrando la misa, pero en esas misas ni siquiera podía leer. No podía ni ser lector en la misa”, dijo el padre Hood. 

Escuchar a los sacerdotes recitar sus oraciones privadas, oraciones con las que estaba íntimamente familiarizado, tocó fibrasa poderosas. 

“Me dio un sentido renovado de aprecio por el sacerdocio”, agregó el padre Hood. “Durante mi retiro, me di cuenta de que a pesar de que vine a la Iglesia para recibir algo y no me lo dieron, Dios no se arrepintió del llamado que me dió, especialmente al sacerdocio. Aunque, sacramentalmente, era necesario arreglar las cosas, el llamado y la presencia del Señor en mi vida fue cierto desde el principio". 

También ha perdonado al diácono que intentó bautizarlo.

“No estoy molesto con nadie", dijo el padre Hood. “No creo que haya actuado de mala fe. Creo que puede haber errores en términos de formación y comprensión de los sacramentos. Pero este era un problema que se abordó y se terminó”. 

Si bien todo volvió a la “normalidad”, el padre Hood dijo que sabe que, siendo un sacerdote joven, esta es una historia que llevará durante el resto de su, ciertamente nuevo, sacerdocio. 

Y de alguna manera, eso es invaluable. 

“Todo esto puede parecer al principio como una mala noticia, descubrir que el bautismo no era válido. Pero para mí, esto ha sido tremendamente bueno”, dijo el padre Hood. “Es mucho saber y haber podido solucionar el problema. Ahora he recibido, ciertamente, la gracia de los sacramentos, y eso es algo por lo que debo estar agradecido".

“Cuando me enteré de la noticia, todavía me sentía como un sacerdote", dijo el padre Hood. "Pero ahora, al tener la certeza absoluta de que fuí ordenado válidamente; esto si es una gracia especial".

Preguntas Frecuentes

Para responder preguntas frecuentes o contactar a la arquidiócesis en caso de que pienses pudiste haber recibido un sacramento invalido visita https://www.aod.org/sacramentsupdate.

Secciones
Inicio
Suscribir
Buscar