En una gira que incluye tres paradas en el área de Detroit, miles de personas veneran las reliquias de primer y segundo grado del famoso fraile capuchino que habló con Cristo
DEARBORN - El 18 de noviembre, Mario González se acercó a la St. Barbara Parish en Dearborn para venerar y rezar frente a las reliquias de San Padre Pío con una intención muy concreta.
Llevaba en brazos a su hijo Damián, a quien habían operado a corazón abierto hacía seis semanas.
Es por eso que, cuando el P. Zbigniew Grankowski, de la St. Barbara Parish, comenzó a recorrer la iglesia con la reliquia, González levantó a su hijo para que estuviera cerca de la misma, rezando por su recuperación, como han hecho innumerables peregrinos al encontrarse cerca de los huesos del famoso sacerdote italiano del siglo XX.
"Fue operado hace seis semanas", contó González a Detroit Catholic. "Estuvo internado un mes, dos semanas en la UCI y otras dos en el hospital. Llegó a casa hace tres semanas y gracias a Dios hoy está bien. Rezamos al Padre Pío y a San Charbel (un santo libanés popular en la Dearborn Parish). Yo creo que esto es un milagro”.
Miles de peregrinos como González se acercaron a venerar las reliquias de San Padre Pío en el marco de una visita organizada por la Fundación San Pío, un apostolado con sede en Nueva York dedicado a difundir la devoción a San Pío de Pietrelcina (1887-1968), un fraile capuchino y sacerdote italiano conocido por realizar sanaciones y por llevar los estigmas, o las llagas de Cristo, en sus manos.

"Fue muy hermoso poder venerar las reliquias", dijo González. "Mi mujer, Mary Lou López, se emocionó cuando Damián tocó la reliquia. Estamos súper contentos de haber venido aquí; no puedo describir lo que sentimos".
Después de haber estado en St. Barbara, la reliquia estuvo en la St. Joseph Parish en Erie el sábado, terminando su gira el domingo en la St. Pio of Pietrelcina Parish en Roseville. De esta menera, los fieles de toda la arquidiócesis pudieron ver las reliquias cerca de sus hogares.
"Estoy seguro que no más de 20 personas de las aquí presentes podrían decir que han estado en Pietrelcina (la ciudad natal de San Pío en Italia). Por eso San Padre Pío viene a ustedes", señaló Luciano Lamonarca, fundador y director general de la Saint Pio Foundation, quien explicó la misión de la fundación durante la Misa. "Calculamos que más de un millón de personas han visitado las reliquias, de las cuales el 95 por ciento seguramente nunca ha tenido ni tendrá la oportunidad de ir a Pietrelcina y estar tan cerca del Padre Pío como lo están ustedes esta noche. Esa era nuestra misión desde 2014, acercar al Padre Pío a la gente".
Lamonarca, un ex cantante de ópera italiano que deslumbró a la congregación con una interpretación del "Ave María", dijo que más allá de venerar las reliquias de San Pío, los fieles deberían reflexionar sobre su famoso consejo: "Reza, espera y no te preocupes".

"Seguramente han escuchado estas palabras", dijo Lamonarca. "Pero, ¿alguna vez se han puesto a pensar en el orden de esas palabras? Las dijo en un orden específico: 'Reza, espera y no te preocupes', porque está en manos de Dios. Eso es lo que nosotros entendemos. En tres palabras realmente quiso expresarlo todo".
Tim Kilroy fue uno de los muchos que aprovecharon la oportunidad para venerar las reliquias de San Pío. Kilroy recuerda que cuando era chico y se sentaba en la mesa con la familia, su papá le hablaba de Pío de Pietrelcina, un santo moderno que era conocido por poder estar en más de un lugar a la vez.
"El Padre Pío es un santo de nuestro tiempo", afirmó Kilroy. " Vivió en la década de los 60s, tenía los estigmas. Mientras confesaba en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial, lo vieron celebrando Misa en Italia, así que tenía la capacidad de bilocación. Podía ver tu alma. Por eso, si al confesarte omitías algún pecado, él te decía: "¿Qué hay de esto? Tienes que confesarlo también".

Kilroy dijo que se acercó a rezar frente a las reliquias con una intención personal, pero aprovechó la oportunidad para contemplar lo cerca que estaba del santo, que a su vez estaba cerca de Cristo.
"A pesar de haber sido bendecido con los estigmas, debió haber sentido mucho dolor", dijo Kilroy. "Pero podía platicar con Cristo. Es por eso que cuando la gente dice que no conoce a Cristo, o que Cristo no ha estado aquí, yo pienso que San Padre Pío estuvo en esta tierra y habló con Cristo; fue uno de los pocos santos que lo hizo".
Después de la Misa, la gente se acercó al pasillo principal de la St. Barbara Parish para venerar las reliquias una vez más. La Saint Pio Foundation les entregó tarjetas para que pudieran escribir sus intenciones personales, que se agregarán a la lista nacional de intenciones.
Joyce Pappas vino a St. Barbara con su esposo para ver las reliquias y reflexionar sobre todas las sanaciones que se han producido gracias a ellas.
"Nunca he sido devoto del Padre Pío; lo conocí hace poco", dijo Pappas. "Pero lo que ha hecho a lo largo de su vida es realmente maravilloso. Esta noche recé por la paz en el mundo, por la conversión de los pecadores, para que Dios guíe a los líderes de Estados Unidos y del mundo, para que traigan la paz a este mundo y se lleven el mal. Esta noche pude experimentar una gran sensación de paz y esperanza".

Los fieles comenzaron a llegar a St. Barbara a las 2:30 p.m., y muchos se quedaron hasta la Misa de las 6 p.m. Mientras la reliquia permaneció en la iglesia, el feligrés Benjamin Queen se ofreció como guía, explicando a los peregrinos cómo venerar correctamente la reliquia y respondiendo preguntas básicas sobre la vida de San Padre Pío.
Queen admitió que tuvo que repasar la historia de San Padre Pío antes del acontecimiento.
"Me asombra su infinita pasión y admiración por el sacramento de la confesión", dijo Queen. "Podemos centrarnos en eso para acercarnos no sólo al Padre Pío, sino a la Iglesia Católica y a toda la comunidad".
Más allá de tener la oportunidad de venerar las reliquias de cerca y ayudar a otros a venerar al santo, Queen dijo que lo que más valoró fue poder comprobar la devoción y la presencia sanadora que tiene San Pío en la vida de las personas.
"Pude ser testigo de personas que vinieron con la guardia baja, sintiéndose vulnerables, llorando, cayendo de rodillas por el gran poder e influencia que tiene el Padre Pío", dijo Queen. "Creo que eso es lo que más voy a recordar de esta noche. Todos somos santos, algunos son ‘santos con S mayúscula' -como el Padre Pío- pero el resto somos ‘santos con s minúscula'. Todas aquellos que son discípulos de Jesús están llamados a ser santos en su Iglesia, y personas como el Padre Pío, que vivió una vida santa, nos ayudan a esforzarnos por alcanzar esa santidad".