La parroquia Nativity of Our Lord en Detroit informa que sus costos con Gleaners casi se han triplicado debido a la alta demanda
DETROIT — Los recortes en los fondos federales destinados a los bancos de alimentos han tenido un efecto dominó en los centros de ayuda parroquiales, que ahora enfrentan facturas más altas justo cuando el costo de los alimentos sigue aumentando.
A comienzos de este año, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) canceló envíos de alimentos por un valor de 4,3 millones de dólares dirigidos a los bancos de alimentos de Michigan, lo que provocó importantes desajustes presupuestarios.
Como consecuencia, hay menos alimentos subsidiados por el USDA disponibles, y los centros de ayuda parroquiales deben recurrir a productos no subsidiados que tiene un costo más elevado.
Anne Crowe, secretaria parroquial y coordinadora del ministerio de ayuda comunitaria en la parroquia Nativity of Our Lord, ubicada en el este de Detroit, escribió en el boletín de julio que la factura mensual que reciben de Gleaners Community Food Bank pasó de mil a tres mil dólares.
“Gleaners ofrece alimentos subsidiados por el USDA y otros que no lo están, y estos últimos tienen un costo mayor, lo que ellos llaman ‘mantenimiento compartido’”, explicó Crowe a Detroit Catholic. “Aun así, los precios de Gleaners siguen siendo más bajos que los del supermercado, y hacen un trabajo increíble. Pero también tienen una estructura que sostener, y hay un límite a lo que pueden absorber. Si sus costos aumentan, los nuestros también”.
La parroquia Nativity abre su despensa de alimentos todos los jueves de 1 p.m. a 4 p.m. Poco antes de la una, las personas ya comienzan a hacer fila frente a la iglesia, ubicada en la esquina de McClellan y Gratiot, para recibir los alimentos correspondientes según el tamaño de su familia.

Desde que el USDA anunció en marzo la cancelación del Programa de Asistencia Alimentaria de Emergencia —que proporcionaba envíos de alimentos subsidiados a los bancos de alimentos, incluyendo productos como pollo, huevos y queso—, Anne Crowe afirmó que el costo de esos productos se cuadruplicó.
“Por ejemplo, el pollo congelado suele ser uno de los tres tipos de carne que incluimos para las familias”, explicó Crowe. “En promedio, necesitamos 160 libras por semana. Cuando puedo comprarlo a través del USDA, una caja de 40 libras cuesta 7,20 dólares. Eso da un total de 28,80 dólares por semana. Si no es del USDA, cuesta 30,82 dólares por caja, lo que suma 123,28 dólares. Cuatro cajas de pollo subsidiado por el USDA cuestan menos que una sola caja al precio regular de Gleaners, que aun así sigue siendo más barato que en el supermercado”.
Kristen Sokul, directora senior de comunicaciones de desarrollo, marketing y relaciones públicas de Gleaners Community Food Bank, comentó que ya sabían de los recortes.
“A principios de año nos informaron habría una reducción en la cantidad de alimentos disponibles a través de los programas del USDA, incluso mientras preparábamos el presupuesto para el año fiscal”, explicó Sokul. “Nuestro año fiscal va del 1 de octubre al 30 de septiembre, y ya habíamos contemplado parte de estas reducciones. Pero luego, a comienzos de este año calendario, nos informaron que habría aún menos alimentos disponibles. Así que algunos de estos recortes se pudieron prever, y otros no”.
El año pasado, Gleaners distribuyó 53 millones de libras de alimentos a despensas y comedores comunitarios en toda el área. Los productos del USDA representaron el 27 % de ese total, y el recorte en los envíos subsidiados por el USDA a raíz de la eliminación del Programa de Asistencia Alimentaria de Emergencia equivale a aproximadamente 5 millones de libras de alimentos durante el año fiscal.
Esta reducción generó un déficit de 850.000 dólares en el presupuesto anual de Gleaners, que la organización tuvo que cubrir mediante más campañas de recaudación de fondos, alianzas con cadenas de supermercados para reemplazar los alimentos que antes llegaban por medio del USDA y una reducción de los gastos operativos.

Julie Beamer, directora de operaciones de Gleaners Community Food Bank, explicó que Gleaners también ha trabajado con sus aliados para comprar determinados productos a lo largo del año y ofrecerlos a un precio reducido, ayudando así a que las despensas puedan ajustarse a su presupuesto.
“Una de las cosas que hicimos a nivel parroquial fue reactivar un programa que habíamos implementado hace algunos años, llamado Programa Especial de Fiestas”, dijo Beamer. “En este programa, compramos una variedad de alimentos básicos y nutritivos, y los pusimos a disposición de nuestra red de aliados a un precio muy por debajo del costo real. Esto ayuda a que las despensas estiren su presupuesto, especialmente ahora que no estamos recibiendo tantas donaciones de alimentos como antes”.
Gleaners ha distribuido 700.000 libras de alimentos adquiridos a bajo costo o de forma gratuita a través de este programa, que continuará hasta septiembre, ya que la organización ha tenido que recurrir a sus reservas para financiar la iniciativa.
Todos estos recortes y ajustes presupuestarios en los bancos y despensas de alimentos comunitarios están ocurriendo en un momento en que cada vez más personas necesitan ayuda, señaló Crowe.
“En el día a día, vemos a más y más familias que vienen a pedir asistencia”, dijo Crowe. “Nosotros atendemos a quienes viven en el código postal 48213, pero si alguien viene de otra zona, lo ayudamos igual ese día y luego lo derivamos a una despensa más cercana para la próxima vez. También atendemos a miembros del grupo parroquial Detroit Lower Eastside Family of Parishes, así que las familias de St. Elizabeth, Sacred Heart, St. Charles Borromeo, St. Augustine y St. Monica también son bienvenidas en nuestra despensa”.
La despensa de alimentos de Nativity atiende a un promedio de 200 a 300 familias al mes, con la regla de que cada familia puede asistir una sola vez por mes. Desde enero, la despensa ha atendido a 1.332 familias, lo que representa un total de 2.689 personas.
Cuando una familia llega en auto a la despensa (que implementó un sistema tipo drive-thru durante el pico de la pandemia de COVID y decidió mantenerlo), se le entrega una cantidad de alimentos acorde al tamaño del grupo familiar.

Una familia de cuatro integrantes recibe cuatro latas de vegetales, dos cajas de macaroni and cheese, cuatro latas de sopa, dos latas de atún, dos latas de frutas, cuatro latas de porotos, un paquete de fideos espagueti con un frasco de salsa, pan, mantequilla de maní y, como agrega Crowe cuando “tenemos mucha suerte”, mermelada.
“Nuestra despensa está pensada para brindar alimentos suficientes para tres, tal vez cuatro días, con la esperanza de que eso les alcance hasta que se reactive su tarjeta Bridge o reciban su próximo sueldo”, explicó Crowe.
Para ayudar a cubrir el aumento de la factura con Gleaners, Crowe ha pedido a los feligreses y colaboradores de la despensa que consideren hacer donaciones directas para compensar parte del déficit, o bien emitir cheques a nombre de Gleaners con la nota “Nativity of Our Lord Parish, 5900 McClellan, Detroit, Michigan 48213” en la línea de referencia.
“Cuando Gleaners reciba ese cheque, lo acreditará directamente a nuestra cuenta para ayudarnos a mantener bajos los costos mensuales”, dijo Crowe. “Cualquier donación es bienvenida”.
Crowe remarcó que las familias que acuden a la parroquia Nativity en busca de alimentos no son simples clientes; forman parte de una gran familia.
“Nuestras familias trabajan mucho y hacen todo lo que pueden; solo necesitan un poco de ayuda”, señaló Crowe. “No son clientes, son mi familia. Sus hijos me traen los boletines escolares para mostrarme cómo les va en la escuela. Les preguntamos por sus trabajos y cómo se encuentran. Y todo esto se sostiene gracias a la ayuda de los voluntarios; sin ellos, este programa no existiría”.

Mientras tanto, desde Gleaners explicaron que tanto ellos como los bancos de alimentos de todo el país tienen la responsabilidad de buscar nuevas formas de generar ahorros para que los productos que ofrecen sean lo más accesibles posible, especialmente ahora que muchas despensas enfrentan recortes.
“Nos corresponde enfocarnos en la recaudación de fondos y en mejorar la eficiencia, adaptando mejor la cantidad de productos que enviamos a las parroquias: la cantidad justa de alimentos, leche y otros artículos”, explicó Beamer.
Sokul agregó que Gleaners mantiene su compromiso con sus aliados —entre ellos, ofrecer sin costo 860.000 galones de leche fresca, además de que un tercio de los 53 millones de libras de alimentos distribuidos el año pasado fueron frutas y verduras frescas—, y que seguirán acompañándolos pese a los ajustes en los recursos provenientes del gobierno federal.
“Es importante entender el contexto: la cantidad de alimentos que provee el USDA ha tenido altibajos durante años”, dijo Sokul. “Los bancos de alimentos ya están acostumbrados a actuar con rapidez y a responder de manera responsable con los recursos que se nos confían. Así que, aunque los recursos con los que contamos no sean siempre los mismos, buscamos formas de seguir atendiendo a nuestra comunidad de manera eficaz y eficiente con lo que tenemos a disposición”.