El nuevo Arzobispo Weisenburger saludó a varios seminaristas antes de su conferencia de prensa
DETROIT - Cuando el Arzobispo designado Edward J. Weisenburger llegó al Sacred Heart Major Seminary el 11 de febrero, ya todo estaba listo para su conferencia de prensa de presentación como el sexto arzobispo de Detroit.
Pero antes de entrar en el Salón Cardenal Mooney para hablar con los medios de comunicación, tenía un encuentro importante al que asistir.
Los seminaristas que se están formando para el sacerdocio en la Arquidiócesis de Detroit fueron los primeros en saludar al nuevo arzobispo de Detroit. Cuando el Arzobispo designado Weisenburger dobló la esquina cercana a la capilla del Sacred Heart, acompañado por el Arzobispo Allen H. Vigneron y el rector del seminario, el P. Stephen Burr, los seminaristas comenzaron a aplaudir.
El Arzobispo designado Weisenburger estuvo rezando, conversando y alentando durante aproximadamente 20 minutos a los hombres que, si Dios quiere, un día se convertirán en sacerdotes de la Iglesia de Detroit.
El arzobispo designado animó a los hombres a “rezar, estudiar y adquirir esa experiencia de la dimensión pastoral”, pero también a fomentar “amistades buenas y santas en las que puedan apoyarse a lo largo de sus vidas”.
Si bien los seminaristas de Detroit no conocían al Arzobispo designado Weisenburger antes del martes, por su breve experiencia con él, muchos ya se sienten animados, entusiasmados y esperanzados con su nuevo guía.
El Arzobispo designado Weisenburger, actual obispo de Tucson, Arizona, asumirá el rol desempeñado por el Arzobispo Vigneron durante los últimos 16 años.
“Agradezco al Arzobispo Vigneron por su labor como padre, y me siento orgulloso de ser hijo de esta arquidiócesis. También estoy agradecido por el rol de padre que el Arzobispo electo Weisenburger está asumiendo” dijo a Detroit Catholic Karl Finkbeiner, seminarista graduado de tercer año de la Our Lady of Good Counsel Parish en Plymouth.
Finkbeiner explicó que tanto él como sus compañeros seminaristas se sintieron alentados por las palabras del Arzobispo designado Weisenburger, y honrados de estar entre los primeros que pudieron saludarlo.
El arzobispo designado animó a los seminaristas a enfocarse en su formación y a construir relaciones sólidas con sus compañeros, que los acompañarán durante todo su sacerdocio.
“En el seminario, hice grandes amigos, pasé momentos maravillosos allí, y fue como una brújula en mi vida”, dijo el Arzobispo designado Weisenburger a los seminaristas.
“Tengo un profundo amor por el sacerdocio, a lo largo de mi vida me han inspirado los ejemplos de los sacerdotes, y siempre quise ser sacerdote”, continuó el Arzobispo designado Weisenburger. “De hecho, tengo dos hermanas que se burlan bastante de mí; dicen que, si no hubiera llegado al seminario, estaría viviendo en la calle porque no tenía un plan B. Así que estoy muy contento con mi vida, y espero poder compartirla con todos ustedes”.
Finkbeiner dijo que se sintió entusiasmado por el énfasis que puso el futuro arzobispo en el sentido de comunidad, un tema que también destacó durante la conferencia de prensa.
“Resaltó la importancia de establecer y fomentar el sentido de comunidad dentro de las parroquias, y también se mostró preocupado por la salud y la santidad de sus sacerdotes, algo que realmente me conmovió”, dijo Finkbeiner. “Estoy convencido de que el Señor nos envía a los santos y a los líderes que la Iglesia necesita en cada momento, y por eso confío en que allí donde el Espíritu Santo conduzca a nuestra arquidiócesis en los próximos años, el Arzobispo designado Weisenburger será quien nos guíe en esa dirección”.
Jim Musgrave, otro seminarista de tercer año de teología de Our Lady of Good Counsel, también se sintió identificado con la importancia de establecer buenas amistades.
“Mi vocación nació realmente de la comunidad, el discipulado y la amistad, y creo que una de las claves para fomentar más vocaciones es construir comunidades fuertes de discipulado”, dijo Musgrave. “Eso ayudará mucho a inspirar a más jóvenes a ser discípulos, y luego a darse cuenta de que su discipulado debe vivirse como sacerdotes”.
Cuando se piensa en la actual escasez de sacerdotes, resulta tentador reducir el papel del sacerdote a algo meramente administrativo, dijo el Diácono Benjamin Schroeder, pero el Arzobispo designado Weisenburger rechazó esa idea de inmediato.
“Está claro que es un obispo que realmente ama su sacerdocio”, dijo el Diácono Schroeder, actualmente asignado a la St. Mary Parish en Royal Oak. “Muchas veces, cuando hablamos de la escasez de sacerdotes, los reducimos a un papel funcional que solo necesita ser ocupado por más personas. Pero el sacerdocio es un compromiso muy personal con Jesucristo, y el Arzobispo designado Weisenburger ama su vocación sacerdotal. Quiere apoyar a los sacerdotes, y está comprometido a construir esa comunidad y esa relación”.
Dan Whalen, seminarista de la Our Lady of Refuge Parish en Orchard Lake, se sintió conmovido por el modelo episcopal del arzobispo designado, “He aquí el Cordero”, tomado de las palabras de San Juan Bautista en Juan 1:29.
“Es inspirador escuchar su modelo episcopal porque así es como tenemos que vernos mutuamente para construir de nuevo el reino de Dios”, dijo Whalen. “Será alentador para los jóvenes que esté discerniendo su vocación al sacerdocio porque se darán cuenta de que no están solos”.
Además de tener un nuevo arzobispo, los seminaristas están ilusionados con la llegada de un nuevo compañero: el Arzobispo Vigneron vivirá en el seminario después de la instalación de su sucesor el 18 de marzo.
“Vivirá en el mismo pasillo que yo”, dijo Finkbeiner. “A menudo, los seminaristas rezamos juntos la oración del día, y alguien grita por los pasillos, así que de vez en cuando, tal vez escuche ese grito y se una a nosotros para rezar”.
Whalen también comentó que el arzobispo emérito también podría recibir invitaciones para jugar al Bocce y al mini golf con los seminaristas de vez en cuando.
Durante la conferencia de prensa, el Arzobispo Vigneron se mostró agradecido de que “la culminación de mi ministerio como arzobispo sea aquí, en el Sacred Heart”, donde comenzó su formación sacerdotal en 1962.
“Muchas veces hablamos de cómo la capilla está siempre llena de oración”, dijo el seminarista Lizandro Barba, de la parroquia de San Alfredo, en Taylor. “¿Cuántas personas han pasado por esa capilla discerniendo su vocación? ¡Qué gran testigo tenemos en el Arzobispo Vigneron! Él estuvo aquí discerniendo en estas mismas bancas, y ahora, nuestro obispo emérito estará viviendo con nosotros. Definitivamente será algo muy positivo interactuar con él de una manera diferente en nuestra comunidad”.
El P. Burr, actual rector del Sacred Heart, espera ansioso recibir nuevamente al arzobispo emérito en el edificio, y recuerda con cariño su propia formación como seminarista, cuando el Arzobispo Vigneron era rector.
“Lo conozco desde hace casi 30 años, cuando entré en el seminario siendo joven”, dijo el P. Burr. “Ha sido un placer no solo trabajar con él, sino también recibir su cuidado paternal. Es un gran líder, un hombre de oración que ama el seminario con todo su ser. Siempre le gustó estar aquí”.
El P. Burr está emocionado de colaborar con el Arzobispo designado Weisenburger y destacó que el futuro arzobispo parece tener una verdadera pasión por trabajar con los seminaristas.
“El arzobispo designado tiene un corazón de pastor”, dijo el P. Burr, pero también aporta experiencia como abogado canónico que ha estudiado las doctrinas morales de la Iglesia. Eso le da un buen equilibrio para el ministerio en la Iglesia”.
“Ya quiero ser testigo de su sabiduría”, dijo el P. Burr. “Cuando se produce un cambio de liderazgo como este, hay una oportunidad para una nueva visión, para que se mire al seminario y a la Arquidiócesis de Detroit desde una perspectiva renovada, y eso traerá un futuro lleno de esperanza, que es lo que el Señor quiere para nosotros”.
