El Arzobispo anima a los diáconos Smith y Cruz a imitar al redentor mediante su entrega completa al servicio de los demás
DETROIT – El sábado 7 de octubre, durante la fiesta de Nuestra Señora del Rosario en la Catedral del Santísimo Sacramento, dos hombres fueron ordenados al diaconado permanente después de varios años de discernimiento y formación.
El Arzobispo Allen H. Vigneron ordenó diáconos a David E. Smith de Clarkston y Ceasar E. Cruz de Canton en una iglesia colmada de sus hermanos diáconos, clérigos y familiares. Al final de la Misa de ordenación, el arzobispo anunció las parroquias a las que habían sido asignados: el Diácono Smith servirá en Our Lady of the Lakes Parish en Waterford, y el Diácono Cruz servirá en St. Thomas a’Becket Parish en Canton.
En su homilía, el Arzobispo Vigneron recordó a los fieles que el diaconado fue establecido por los mismos apóstoles bajo la dirección del Espíritu Santo.
"Lo que hacemos hoy no es una imitación de lo que hemos oído en la lectura de los Hechos de los Apóstoles; es lo mismo", explicó el arzobispo. "La Iglesia del sureste de Michigan vive la misma vida que la Iglesia original de Jerusalén. Somos una continuación orgánica de esa vida eclesial, y alabamos y damos gracias a Dios por eso".
“Mediante su ordenación, los Diáconos Smith y Cruz se convierten en servidores dentro de la Iglesia, un rol que Cristo había pensado para ellos mucho antes de este día”, dijo el Arzobispo Vigneron.
"Se trata de una consagración muy íntima. Ustedes escucharon a Dios decir en la lectura: 'Antes de que nacieras, te consagré, te dediqué, te destiné'. Antes de que nacieras, cuando Dios sólo pensaba en tu existencia, sabía que este día iba a llegar", dijo el arzobispo.
"En esta nueva función, los Diáconos Smith y Cruz tendrán la oportunidad de entregarse por completo al servicio de Cristo y de su Iglesia”, señaló el Arzobispo Vigneron. “El servicio no consiste sólo en hacer que las cosas sucedan, obtener buenos resultados o hacer que la comunidad mejore, aunque en última instancia logre hacer todas estas cosas", añadió.
"El servicio no se trata de acumular cosas. El servicio en la Iglesia, tal como nuestro Señor lo ha redefinido, consiste siempre en la entrega completa de uno mismo", explicó el Arzobispo Vigneron. "Jesús derramó su sangre por la salvación de la humanidad, por lo que el servicio cristiano debe reflejar ese mismo espíritu de entrega y sacrificio. Por eso tiene sentido que el primer mártir de la Iglesia de Jerusalén fuera un diácono que derramó su sangre siendo apedreado hasta la muerte en testimonio del Señor Jesucristo".

“A través de su ordenación, los Diáconos Smith y Cruz se transforman y se convierten en ejemplos vivientes de servicio”, explicó el arzobispo. “Debido a esta entrega completa de sí mismos, el papel de los diáconos como ministros del cáliz durante la Misa es particularmente significativo”, afirmó.
"Cuando el Espíritu Santo desciende dentro del cáliz, el vino se convierte en el amor de Jesucristo derramado", explicó el Arzobispo Vigneron. "Y es por esto que los diáconos, que son símbolos de Cristo servidor, manejan el cáliz y son los ministros del cáliz dentro de la asamblea Cristiana".
Al final de la Misa, el Diácono Cruz agradeció en nombre de los dos a todos los presentes y en particular a la Virgen.
"Estoy convencido de que es por la Gracia de Dios, por Su amorosa bondad y por Su misericordia, que nosotros dos estamos hoy aquí con ustedes", dijo el Diácono Cruz. "También quisiéramos agradecer profundamente a Nuestra Señora, la Santísima Madre, que nos sigue acompañando en nuestro camino. No es casualidad que nuestra ordenación coincida con la festividad de Nuestra Señora del Rosario.
"Hoy es un gran día para la Iglesia y para la arquidiócesis, no por quienes fueron ordenados, sino simplemente porque tuvo lugar la ordenación, que es un recordatorio para nosotros de que Jesús, que prometió que estaría con nosotros hasta el final de los tiempos, nos acompaña y sigue obrando a través del ministerio de su Iglesia", añadió el diácono Cruz.

Para Amy Cruz, la esposa del Diácono Cruz, la ordenación fue una afirmación de la voluntad de Dios para la vida de su familia y una respuesta a sus oraciones, concretamente el rezo diario del Rosario por su marido y sus tres hijos.
"Durante el secundario, César pensaba en ir al seminario, y yo pensaba que iba a ser monja", dijo Amy Cruz a Detroit Catholic. "Luego, por algún plan divino, nos conocimos, y nuestras vidas tomaron un rumbo diferente; nos casamos y tuvimos hijos".
Si bien en el pasado pudieron haber sentido el llamado para servir a Cristo a través del sacerdocio y la vida religiosa, Amy Cruz cree que el Señor ha revelado Su plan de una manera diferente después de muchos años.
"Esta es otra manera de servir, no como un sacerdote y una monja sirviendo por separado, sino juntos, siendo una familia diaconal", afirmó Amy Cruz. Además, está discerniendo cuál será su ministerio como esposa de diácono, y planea acercarse a otras esposas de diáconos en busca de consejo.
Shari Smith, esposa del Diácono Smith, aseguró que se sintió profundamente conmovida cuando el arzobispo impuso las manos sobre su marido durante el rito de ordenación. Asimismo, dijo que la comunidad del diaconado ha sido un apoyo indispensable para ellos durante el proceso de formación.
"Voy a extrañar a los amigos que hemos hecho durante la formación y al equipo de formación", escribió Smith en un correo electrónico a Detroit Catholic. "Realmente se han convertido en una familia tanto para David como para mí".