Strangers No Longer organizó una procesión solemne para mostrar su apoyo a los migrantes que sufren; el arzobispo acompañó al grupo en oración
DETROIT — Sacerdotes y religiosos de diversas denominaciones encabezaron el 14 de julio a cientos de fieles laicos para hacer oír su voz en favor de políticas migratorias justas.
Strangers No Longer, una organización católica fundada en Detroit para defender los derechos de los inmigrantes, organizó una procesión solemne desde la parroquia Most Holy Trinity, en el barrio de Corktown, hasta la oficina local del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, con el fin de entregar una carta solicitando a la agencia que revise sus políticas y prácticas de control migratorio. Según denuncian, han generado miedo en la comunidad inmigrante.
La carta, que fue leída en voz alta ante la asamblea reunida frente al edificio donde funciona la oficina de ICE en Detroit, señalaba varias inquietudes sobre los procedimientos de control migratorio, incluyendo la falta de identificación clara de los agentes de ICE durante los operativos, como el uso de mascarillas, la ausencia de comunicación con las fuerzas del orden locales y la detención de personas que no han cometido delitos graves, según indicaron los líderes del grupo.
La procesión por Porter Street y Michigan Avenue culminó en la oficina de ICE, donde el P. David Buersmeyer, capellán de Strangers No Longer, y Judith Brooks, presidenta del directorio de la organización, intentaron sin éxito entregar la carta.
El grupo indicó que buscará otras formas de hacerlo, posiblemente a través de miembros del Congreso local.


“Nos sentimos decepcionados, pero supongo que era de esperarse”, dijo el P. Buersmeyer a los periodistas después de la procesión. “Estamos aquí porque queremos dialogar; no es nuestra intención avergonzar a nadie. Queremos construir un diálogo verdadero. No estamos en contra de ellos, no se trata de una protesta antigubernamental. Queremos que ICE haga su trabajo, pero de una manera que no genere miedo en la comunidad. Y algunas de las cosas que abordamos en nuestra carta están causando caos y miedo innecesarios en la vida de las personas”.
El día comenzó en la plaza frente a la parroquia Most Holy Trinity, donde los sacerdotes hablaron antes de la procesión para recordar a los presentes la razón de la convocatoria.
“Todo lo que hacemos hoy, y todo lo que hacemos como Strangers No Longer, se basa en lo que llamamos la doctrina social católica”, dijo el P. Buersmeyer. “De hecho, nuestro Papa tomó el nombre de León porque León XIII, en 1891, inició lo que llamamos la doctrina social católica. Es una tradición que se enfoca en principios clave, muy básicos. Los dos principales son la dignidad humana y el bien común. Todo ser humano tiene una dignidad inherente, sin importar su etnia, su raza, su estatus migratorio, o lo que sea. Todos tienen una dignidad que es inviolable e inalienable, y queremos asegurarnos de que se proteja.
“El segundo es lo que llamamos el bien común”, agregó el P. Buersmeyer. “El bien común no mira cómo están los más favorecidos. Se fija en los que están en las periferias; ¿pueden al menos cubrir sus necesidades básicas para vivir dignamente?”

El Arzobispo de Detroit, Edward J. Weisenburger, quien hace poco escribió sobre temas de inmigración, se dirigió a los presentes y ofreció una oración antes de la procesión.
“Padre celestial, Tú eres la fuente de toda vida y toda luz”, rezó el Arzobispo Weisenburger. “Nos llamas a reconocer tu presencia en cada persona que encontramos, pero especialmente en los pobres, los necesitados, los angustiados y los inmigrantes. Acompáñanos hoy mientras acompañamos espiritualmente a quienes sufren y tienen miedo. Fortalece nuestra decisión de defender y hacer visible su dignidad como hijos e hijas tuyos muy amados.
“Y finalmente, Padre celestial, te pedimos que toques el corazón de todos los miembros de nuestra gran nación para que volvamos a nuestras raíces y respetemos los derechos humanos y la dignidad inherente de toda persona. Que una vez más podamos ser un ejemplo para el mundo por nuestra compasión y nuestra capacidad de acoger al prójimo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor”, concluyó el arzobispo.
Antes de la procesión, el Arzobispo Weisenburger habló con medios locales sobre por qué la Iglesia toma postura en temas migratorios.
“Hoy estamos motivados por nuestra fe, que brota del Evangelio de Jesucristo y de nuestra tradición judeocristiana, que nos enseña que cada ser humano tiene dignidad y que toda vida humana tiene un valor único. Nuestro Dios no nos pide que decidamos quién merece esa dignidad y quién no; al contrario, toda persona tiene dignidad, toda vida humana tiene valor. Y estamos aquí para dar un testimonio profético: nuestra nación necesita volver a sus raíces de caridad, acompañamiento y hospitalidad”, expresó el Arzobispo Weisenburger.

Durante la procesión, los feligreses llevaron pancartas que representaban el “Círculo de Apoyo” de Strangers No Longer en sus parroquias, los cuales existen para educar a la comunidad sobre la vida y las experiencias de los inmigrantes, acompañar a los migrantes a citas médicas y trámites legales, y abogar por un sistema migratorio justo.
“Hoy nos reunimos como residentes de Michigan, provenientes de distintas tradiciones religiosas y culturas, para pedir un trato más compasivo y justo hacia todos nuestros hermanos y hermanas”, dijo la Hna. Rebecca Vonderhaar, IHM. “Te damos gracias, Señor, por todos los que han abierto su corazón a tantos que huyen para salvar sus vidas. Te pedimos ahora que nos ayudes a abrir también los brazos, a recibir y tender una mano, para que los desesperados encuentren nueva esperanza y puedan reconstruir sus vidas”.
Mientras la procesión avanzaba hacia la oficina regional de ICE, se fueron leyendo en voz alta los nombres de personas de la zona que habían sido deportadas.
“Hoy estamos aquí para pedir que nuestra nación y sus líderes reconozcan que muchos de nuestros hermanos y hermanas, junto con sus familias, han demostrado una gran bondad, y sin embargo han sido tratados con gran injusticia mediante redadas y deportaciones masivas”, afirmó la Hna. Vonderhaar. “Sepamos que la apatía nunca es una opción; confiemos con fe y buena voluntad, y nuestra labor dará frutos. Confiando en tu bondad, oh Dios, seguimos adelante”.


Cuando la procesión llegó a la oficina regional, la asamblea comenzó a rezar por quienes se han visto afectados por recientes redadas migratorias en Detroit y en todo el país, y cantó un himno en solidaridad con todos los inmigrantes y migrantes.
“Las acciones de hoy se basan en principios morales fundamentales que provienen de la doctrina social católica”, dijo el P. Buersmeyer. “No se trata de una acción política o partidista; se trata de vivir el Evangelio. Sé que algunas personas se incomodan cuando escuchan hablar de inmigración, pero el Evangelio de Jesucristo no es algo desencarnado; no es solo espiritual. Jesús es la Palabra de Dios hecha carne. Él vino a salvar al mundo. Por eso es importante encarnar el Evangelio, y una de las formas de hacerlo es a través de nuestros principios sociales y legales, en la manera en que aplicamos las leyes, en cómo garantizamos el acceso a los bienes básicos y a los servicios humanos. Todo eso forma parte del Evangelio, y eso es lo que hicimos hoy.”