Católicos se unen a celebración del 60 aniversario del discurso de 'Tengo un sueño' de King en Detroit

Purity Wambui, a la izquierda, aparece en la foto con sus amigas, quienes asistieron a la Marcha por la Libertad en Detroit el sábado 24 de junio, representando a la Universidad Estatal de Wayne. Wambui es becaria del Programa Mandala Washington Fellowship, el cual trae a Estados Unidos a jóvenes líderes desde diferentes países del África Sub-sahariana. Wambui, de Kenia, dijo que estaba emocionada de ser testigo de la historia en desarrollo y de ver cómo los habitantes de Detroit se expresan en favor de la justicia, la libertad y la inclusión. (Fotos de Gabriella Patti | Detroit Catholic)

El líder de los derechos civiles pronunció por primera vez su icónico discurso en la Ciudad del Motor en 1963. Aquellos que estuvieron presentes lo recuerdan como un "momento formativo".

DETROIT — Sesenta años después de que el reverendo Martin Luther King Jr. pronunciara por primera vez su famoso discurso "Tengo un sueño" en la Ciudad del Motor, los habitantes de Detroit se congregaron nuevamente para recrear la Marcha por la Libertad en honor al legado de King y reconocer que su trabajo aún no está completo.

Aunque el discurso de King se ha asociado comúnmente con su marcha en Washington, que tuvo lugar en agosto de 1963, fue en Detroit donde lo pronunció por primera vez el 23 de junio de 1963. En aquella ocasión, alrededor de 125,000 habitantes de Detroit, incluyendo a muchos católicos, marcharon por la avenida Woodward.

Mientras los habitantes de Detroit marchaban nuevamente por Woodward el 24 de junio, la voz de King resonaba a través de un megáfono sostenido por un espectador, recordando la histórica manifestación de hace 60 años.

Los habitantes de Detroit marchan frente al Teatro Fox en la avenida Woodward, camino a Hart Plaza en el centro de Detroit, para conmemorar el 60º aniversario del famoso discurso "Tengo un sueño" del reverendo Martin Luther King Jr., el cual pronunció por primera vez en Detroit en 1963.
Los habitantes de Detroit marchan frente al Teatro Fox en la avenida Woodward, camino a Hart Plaza en el centro de Detroit, para conmemorar el 60º aniversario del famoso discurso "Tengo un sueño" del reverendo Martin Luther King Jr., el cual pronunció por primera vez en Detroit en 1963.

Desde la intersección de Martin Luther King Jr. Boulevard y Woodward en el área de Midtown de Detroit, asistentes de todas las edades se dirigieron hacia el centro de la ciudad, finalizando la caminata de aproximadamente 1.7 millas con un rally por la libertad en Hart Plaza, donde se develó una estatua nueva de King, que había sido inaugurada tan solo un día antes.

Varios católicos, liderados por el Monseñor Chuck Kosanke, se reunieron en la antigua Iglesia de San Patricio antes de unirse al resto de la multitud. Entre el grupo se encontraba Marge Sears, feligrés de la Parroquia de Gesu, quien participó en la marcha en 1963. Sears también participó en la caminata del 50 aniversario en 2013 y estaba decidida a estar presente nuevamente.

En 1963, Sears era una estudiante de secundaria de Livonia. Sus compañeros de clase la invitaron a asistir a la marcha. Sears dudó al principio, ya que sus padres nunca le permitirían ir.

"(Mis compañeros) me dijeron: 'Bueno, no se los digas'", explicó Sears a Detroit Catholic. "Así que fui, y recuerdo que hacía calor. No recuerdo mucho sobre el discurso del Dr. King, pero fue un momento formativo para mí. A partir de ese momento, estuve realmente involucrada en acciones relacionadas a los derechos civiles".

En 1963, Marge Sears era una estudiante de secundaria del suburbio de Livonia, en el área metropolitana de Detroit. Sears asistió a la marcha en una silla de ruedas acompañada por su esposo. Ella mencionó que actualmente tiene problemas en las piernas, pero eso no le impidió estar presente.
En 1963, Marge Sears era una estudiante de secundaria del suburbio de Livonia, en el área metropolitana de Detroit. Sears asistió a la marcha en una silla de ruedas acompañada por su esposo. Ella mencionó que actualmente tiene problemas en las piernas, pero eso no le impidió estar presente.

Este año, Sears asistió a la marcha en una silla de ruedas acompañada por su esposo. Actualmente tiene problemas en las piernas, pero no permitió que eso le impidiera estar presente.

"Creo que aún hay mucho trabajo por hacer. A pesar de los avances que se han logrado desde entonces, hay mucho por hacer en cuanto a igualdad de empleo, vivienda y atención médica; incluso en el medio ambiente, las áreas donde viven muchas personas negras están demasiado cerca de contaminantes. Existe una mayor incidencia de asma, y simplemente creo que aún tenemos un largo camino por recorrer en términos sistémicos", explicó Sears.

"Crecer en los suburbios significaba que no veías a personas negras con tanta frecuencia, y ver a una variedad de personas marchando por la misma causa tuvo un gran impacto en mí, especialmente como joven", agregó Sears.

Su experiencia en la primera marcha la inspiró a obtener una Licenciatura en Estudios Religiosos por la Universidad de Detroit Mercy, donde estudió enseñanzas sociales católicas.

"Eso simplemente reforzó todo lo que aprendí de esa primera experiencia sobre la necesidad de que las personas de fe se acerquen a los demás", dijo Sears. "El problema todavía está vigente. Y creo que, sin importar qué, las personas deben hacerse presentes y actuar, no sólo hablar al respecto".

Varios católicos liderados por el Monseñor Chuck Kosanke se reunieron primero en la antigua Iglesia de St. Patrick, antes de unirse al resto de la multitud. A la izquierda se encuentra el Padre John McKenzie, junto con el Padre Capuchino David Preuss.
Varios católicos liderados por el Monseñor Chuck Kosanke se reunieron primero en la antigua Iglesia de St. Patrick, antes de unirse al resto de la multitud. A la izquierda se encuentra el Padre John McKenzie, junto con el Padre Capuchino David Preuss.

La Marcha por la Libertad formó parte de una celebración jubilar más significativa que tuvo lugar del 22 al 25 de junio, organizada por la rama de Detroit de la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color, NAACP por sus siglas en inglés. Mable Jones, miembro de la Parroquia de San Moisés el Negro en Detroit, formó parte del comité ejecutivo del fin de semana jubilar de la NAACP y también del comité religioso de la organización.

Jones dijo que el comité comenzó a contactar a grupos religiosos de toda la ciudad meses atrás para invitarlos a participar en la marcha.

"Siempre había una presencia católica en las marchas del Dr. King; no importa en qué estado o ciudad se encontraran, y tenemos que continuar eso", dijo Jones. "El trabajo que el Dr. Martin Luther King comenzó todavía es necesario, y es importante que estemos presentes aquí hoy para conmemorar la marcha y hacerle saber a la gente que todavía estamos trabajando en los objetivos planteados por el Dr. Martin Luther King".

Monseñor Kosanke, rector de la Basílica de Ste. Anne, dijo que la participación en la marcha es una ocasión para que los católicos muestren solidaridad y evangelicen.

Mable Jones, a la izquierda, feligrés de la Parroquia de St. Moses the Black en Detroit, aparece en la foto junto a Vickie Figueroa, directora asociada de Ministerios Culturales y coordinadora del Ministerio Católico Negro de la Arquidiócesis de Detroit.
Mable Jones, a la izquierda, feligrés de la Parroquia de St. Moses the Black en Detroit, aparece en la foto junto a Vickie Figueroa, directora asociada de Ministerios Culturales y coordinadora del Ministerio Católico Negro de la Arquidiócesis de Detroit.

"Creo que esta es una ocasión para que la Iglesia Católica dé testimonio públicamente de nuestra enseñanza de que el racismo en cualquier forma es un pecado, ya que no respeta la dignidad de la persona humana creada por Dios. Y, por supuesto, la Declaración de Independencia refuerza esto al decir 'Todas las personas son creadas iguales'", dijo el Monseñor Kosanke.

Es crucial dar testimonio público de esta creencia, agregó el Monseñor Kosanke.

“Estamos entusiasmados de participar en esto como una forma de afirmar el deseo de la Iglesia Católica de erradicar el racismo entre nosotros y reunirnos con nuestros compañeros católicos afroamericanos y de otras etnias, para dar ese testimonio público”. dijo el Monseñor Kosanke.

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