¿Por qué la familia es un don de Dios?

Corregir, pero sin dejar de amar, es la tarea educativa de un padre y una madre. (Foto por Gabriel Tovar en Unplash)

¿Cómo ser buen padre o madre?, ¿Dios no se da cuenta los problemas que tenemos en la familia?, ¿Qué me falta para ser aceptado? Todas estas son preguntas que padres o madres se hacen cuando no pueden ver que la familia es un don que Él les regala.

Así lo expresó Monseñor Luis Alejandro Monroy López, asesor del Encuentro Católico de Novios y Vicario Episcopal para la V Zona pastoral, San Pedro Apóstol en su conferencia “La Familia: portadora de esperanza a la Gran Familia de Dios”, dentro del ciclo de conferencias con motivo del Mes de las Familias.

“Familia, sé lo que eres”

Esta frase del Papa Juan Pablo II, tomada de su exhortación Familiaris Consortio, quiere decir que la familia en sí misma tiene una gran riqueza y la capacidad de reconocerse cada uno, con el propósito de aprovechar lo que cada uno es para en conjunto salir adelante. Al respecto, monseñor Monroy señaló que la familia y en individual no se debe olvidar lo esencial: “Eres imagen y semejanza de Dios, eres diseñado por Dios, eres Su expresión. Te ha hecho con amor y para amar. Cuando la familia sabe esto, se ven como una expresión de amor divino”.

Por ejemplo, cuando un miembro de la familia llega a triste a casa y conoce que ahí está el amor divino de Dios, entonces la esperanza resurge, expuso.

“¿Ya le dijiste a tu familia que Dios lo ama? Hazlo, porque la familia debe ser portadora de esperanza. Cuando esto se hace consciente entonces se dan los sentimientos de afecto y amor, lo que crea la convivencia; es decir, no hace falta sacrificar la autoridad o imponerla, ni tu papel de cónyuge o de hijo para poder hacer algo. No hace falta intentar cambiar ni tu apariencia ni tu identidad, sólo cambiar el corazón que acumula durezas y todas ellas tienen remedio”.

Señaló que sólo falta recordar a cada miembro de la familia que cada uno es perfecto y no necesitan ni quitarse ni ponerse nada extra, pues “estamos hechos a Su imagen y semejanza”.

¿Cuáles son los beneficios de vivir en familia? (Foto por Laercio Cavalcanti en Unplash)
¿Cuáles son los beneficios de vivir en familia? (Foto por Laercio Cavalcanti en Unplash)

Agradecer el don de la paternidad y maternidad

La maternidad y paternidad hacen visible la acción de Dios, pues son portadores de un gran regalo que habla de una fecundidad en la carne y espíritu, puntualizó el padre Luis Monroy.

Explicó que corregir, pero sin dejar de amar, es la tarea educativa de un padre y una madre, y esto es el reflejo de lo que todos vivimos con Dios, un Padre que nunca nos abandona, es misericordioso, espera y es paciente.

“Antes de preocuparte de cómo sacar adelante a los hijos o cómo lo vas a educar, agradece a Dios del don de la paternidad, vive en la esperanza en cada uno de ellos el reflejo de Dios que te hace partícipe de ese gran regalo que no a todos Dios les da” explica el vicario episcopal.

Añadió que quien atraviesa momentos complejos con sus padres o hijos y asume con esperanza el proyecto de familia como un don de Dios, debe pedirle a Dios que guíe sus decisiones y ponerse en acción. De lo contrario, si no se asume este don, podríamos perder lo que se nos ha dado.

“¿Acaso olvida una madre a su hijo de pecho y deja de querer al hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré, se dice en las Santas Escrituras”, por tanto, explicó monseñor Monroy, “cada uno debe llevar la esperanza de que Dios nos abraza como padre y nos consuela como madre, para que esto podamos replicarlo en casa”.

¿Qué se le puede pedir a la Sagrada Familia? (Foto por Myriam Zilles en Unplash)
¿Qué se le puede pedir a la Sagrada Familia? (Foto por Myriam Zilles en Unplash)

El amor de la pareja

De acuerdo con el presbítero, para cada pareja el amor hermoso comienza siempre con la auto manifestación de la persona y cuando los dos se dejan ver tal cual son, comienza el caminar juntos.

“El amor hermoso, es cuando la pareja siente el llamado de hacer una entrega recíproca que se une con el sacramento del matrimonio, ellos respondieron a ese llamado de Dios para hacer una nueva comunidad en Cristo”, explicó.

Añadió que en los primeros meses o años de matrimonio hay miedo de mostrarse como son, pero deben de reconocer el don de Dios y esta es la esperanza con la que las parejas empiezan a caminar.

“Esto nos hace entender el comportamiento de una civilización enferma que produce profundas alteraciones en el hombre, de la verdad de lo que son como persona. Todo lo que anda en boga intentando rediseñar y repensar a la persona, es porque se olvida el don de Dios: que estamos hechos a imagen y semejanza de Él”.

“No comprenden adecuadamente lo que es la verdadera entrega de las personas en el matrimonio, en el amor responsable, en el servicio de la paternidad y maternidad, la grandeza de la generación y la educación. En todo esto hay temor. El Papa Francisco decía no hace mucho, que no hay que tener miedo al ‘para siempre’, no tengan miedo a este regalo de Dios”, detalló.

El presbítero profundizó en que, por esta razón, María y José se convierten en modelos del amor hermoso para los esposos y las familias, pues aseguró que son portadores de un amor destinado a transmitir esperanza a la sociedad. Al comprender esto, será más fácil transformar nuestra sociedad.

El Matrimonio es una unidad que inició en la tierra y se perfeccionará en el Cielo. (Foto por  frank mckenna en Unplash)
El Matrimonio es una unidad que inició en la tierra y se perfeccionará en el Cielo. (Foto por frank mckenna en Unplash)

Si algo no funciona bien… acude al fabricante

“Si por algo sientes que no funcionas bien, acuérdense que hay unas letras chiquitas, ‘y si ninguno de estos medios sirve, acuda a su fabricante’, pues bien, si sientes que has perdido el camino y la esperanza, acude a Dios para que te reactive y te reinicie”.

Recomendó que la oración en familia es un medio privilegiado para expresar y fortalecer la fe. R recordó esta cita del Papa Francisco: “basta reunirse cada día y con una oración espontánea hacer partícipe a Dios de toda su vida familiar. Con palabras sencillas puede hacer mucho bien”.

“La vivencia de la esperanza desde la oración en familia, así como la Eucaristía, logrará tomar conciencia de este gran don divino de poder dialogar con Dios, personalmente y como familia”, finalizó.

- Esta nota fue publicada originalmente en DESDE LA FE.



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