Una pequeña y sencilla capilla con su santuario en Pontiac ha sido, por más de 100 años, un lugar de peregrinación, oración y esperanza
La Arquidiócesis de Detroit designó 12 lugares de peregrinaciónpara que los católicos visitaran durante el Jubileo de la Esperanza 2025. Cada mes, Detroit Catholic presentará una reseña de uno de estos lugares para motivar a los católicos a aprovechar las gracias extraordinarias ofrecidas durante el jubileo.
PONTIAC — Escondida en una calle residencial de Pontiac, la sencilla fachada de la capilla de San José y del Santuario del Inmaculado Corazón de María podría pasar desapercibida para quienes pasan por allí. Sin embargo, quienes cruzan sus puertas dejan de ser simples visitantes para convertirse en peregrinos que se suman a un camino espiritual de esperanza iniciado en 1923, por inspiración de la Santísima Virgen María.
La capilla y el santuario son el sitio de peregrinación más al norte entre los 12 designados por la Arquidiócesis de Detroit para el Jubileo de la Esperanza de 2025. Lo que comenzó en 1923 como iglesia de misión del Seminario de Orchard Lake para atender a la comunidad polaca de Pontiac, es hoy un santuario del Rosario y de Fátima dedicado a Nuestra Señora y administrado por Terra Sancta Ministries, un ministerio franciscano de peregrinaciones dirigido por el P. Alex Kratz, OFM.
Terra Sancta Ministries nació en 2008 en Southfield y, en 2015, adquirió la iglesia de San José en Pontiac, que había cerrado algunos años antes tras una fusión parroquial. Desde 2018, la capilla y el santuario se han convertido en un lugar de peregrinación, retiros y renovación espiritual, sostenido por un equipo comprometido de voluntarios, explicó el P. Kratz.



Sin embargo, entre la fundación de la parroquia en 1923 y su reapertura como santuario en 2018, el P. Kratz señala un “momento decisivo” en la historia del lugar ocurrido en 1947, a casi 800 kilómetros al norte de Pontiac.
En junio de ese año se celebró en Ottawa, Canadá, el Congreso Mariano, al que asistió el P. Bernard F. Mary Jarzembowski, sacerdote polaco y párroco de San José en Pontiac.
Durante el congreso, aproximadamente 40.000 personas acompañaron en procesión, a lo largo de casi cinco kilómetros, una imagen de Nuestra Señora del Cabo. Según el P. Kratz, se trató “del evento religioso más grande de Norteamérica”. Mientras el P. Jarzembowski rezaba frente a esa misma imagen, vivió una profunda experiencia espiritual.
“En junio de 1947, él estaba rezando ante la Virgen y, entre lágrimas, recibió la gracia del Espíritu Santo”, relató el P. Kratz. “Nuestra Señora le pidió que fundara un santuario en Pontiac, un lugar donde la gente pudiera cultivar una relación con ella que fuera un tesoro para toda la vida”.
Ya en 1948, el P. Jarzembowski obtuvo permiso de los Oblatos que custodiaban el Santuario de Nuestra Señora del Cabo en Trois-Rivières, donde se veneraba la imagen original, para hacer una réplica. En una de las capillas laterales de San José instaló un altar dedicado a la Virgen para los fieles de Pontiac. Hasta el día de hoy, los peregrinos pueden visitar esa imagen y dejar a sus pies sus intenciones de oración.

El P. Kratz contó que, desde sus inicios, peregrinos de todo Estados Unidos han acudido a este “retoño del santuario de Trois-Rivières”.
“Fue María quien pidió este santuario”, explicó. “No hubo una aparición milagrosa, sino más bien una inspiración interior, la forma en que ella le dio a entender al P. Jarzembowski que deseaba que este santuario se fundara. El año pasado, durante el Congreso Eucarístico Nacional en Indianápolis, trajeron la imagen peregrina original de Nuestra Señora del Cabo ante la cual él había rezado, y una de las paradas fue aquí. Yo le decía a la gente que, 77 años después, ella vino a ver lo que había pedido”.
A lo largo de los años, muchas personas han relatado milagros ocurridos en este lugar, entre ellos uno en 1960, cuando varias mujeres afirmaron haber visto que la imagen se movía de la cintura hacia arriba y derramaba una lágrima. Aún hoy puede verse una marca en la mejilla izquierda de la estatua, señaló el P. Kratz.
Según el sacerdote, la capilla y el santuario ayudan a los peregrinos a acercarse más a Jesús a través de su Madre y les dan la valentía necesaria para vivir su fe en el mundo actual.



El P. Kratz señaló: “En nuestra cultura actual, es difícil vivir el Evangelio. Ojalá que la gente salga renovada de aquí para llevar el Evangelio a sus parroquias. No somos una parroquia ni pretendemos serlo, pero esto sí es lo que podemos ofrecer”.
Durante el Jubileo de la Esperanza, uno de los frutos de visitar la capilla y el santuario es crecer en la virtud de la esperanza, añadió el sacerdote.
“Somos instrumentos de esperanza, y creo que cuando las personas vienen aquí y experimentan la cercanía de nuestra Madre espiritual, se sienten animadas no solo a continuar su propio camino de fe, sino también a compartir esa esperanza con los demás”, dijo el P. Kratz. “Uno no puede dar lo que no tiene. Aquí se percibe de manera muy concreta la presencia de Dios”.
El sacerdote agregó que el Año Jubilar es una oportunidad para recordar al mundo que los cristianos son “peregrinos jubilares permanentes”, no solo cada 25 años.
“Un jubileo es un tiempo de gracia de Dios, y creo que los peregrinos que nos visitan aquí experimentan justamente esa gracia”, afirmó el P. Kratz. “Viven ese jubileo no solo en un año especial, sino en su vida cotidiana. Jesús vino a traernos un año de gracia, pero en realidad toda nuestra vida está llamada a ser un jubileo: júbilo y alegría en el Señor”.
Recomendaciones para su visita al Santuario del Inmaculado Corazón de María

- Visitar el santuario mariano
Desde el exterior, el pequeño santuario tipo gruta es modesto, pero al cruzar sus puertas, los peregrinos encontrarán un espacio tranquilo y hermoso donde encender velas por sus intenciones y arrodillarse ante la Madre Dolorosa bajo su mirada tierna y amorosa. Tómese un momento para leer la historia de un milagro reportado en la década de 1960 y luego ingrese al salón contiguo, de paredes azules, para venerar distintas imágenes y estatuas de Nuestra Señora.2. Visitar la capilla y a Nuestra Señora del Cabo
La capilla de San José está abierta los miércoles, viernes y sábados, así como los terceros lunes y jueves de cada mes y en días de fiesta adicionales a lo largo del año. Los peregrinos pueden participar en la Misa del mediodía o en la Misa de las 8 p. m. los terceros lunes y jueves, y confesarse a las 11 a. m. o bajo solicitud. Antes o después de la Misa, puede acercarse al frente izquierdo de la capilla para visitar la estatua de Nuestra Señora del Cabo, encargada por el P. Jarzembowski en 1948.3. Recorrer el Vía Crucis
Pasee por los terrenos en forma de U, sombreados, y rece el Vía Crucis, que culmina con una estatua de tamaño natural de Cristo en la Cruz.
Lugares de peregrinación en la Arquidiócesis de Detroit
Los siguientes 12 sitios fueron designados como lugares de peregrinación para los católicos del área de Detroit durante el Año Jubilar de la Esperanza 2025. Para obtener más información, visite www.aod.org/jubilee.
Basilica of Ste. Anne, Detroit
Holy Sepulchre Cemetery, Southfield
Our Lady of Hope Cemetery, Brownstown Township
Presentation of the Blessed Virgin Mary Chapel (Madonna University), Livonia
Shrine of St. John Paul II, Orchard Lake
Shrine of the Immaculate Heart of Mary, Pontiac